Noticias 2020

27 y 28 de enero de 2020, Encuentro de Sacerdotes.

Al encuentro de los jóvenes.



 
 

La comunidad tiene un rol muy importante en el acompañamiento de los jóvenes, y es la comunidad entera la que debe sentirse responsable de acogerlos, motivarlos, alentarlos y estimularlos. Esto implica que se mire a los jóvenes con comprensión, valoración y afecto, y no que se los juzgue permanentemente o se les exija una perfección que no responde a su edad. (CV 243)

  • En el 450 aniversario de la muerte de San Juan de Ávila
  • En el 125 aniversario de su beatificación
  • En el 50 aniversario de su canonización

 

LUNES, 27 DE ENERO POR LA MAÑANA
Reflexión: “Comprender, acompañar y servir la alegría del Evangelio a los jóvenes”.
Nos ayudará en esta reflexión D. Juan Carlos García Domene. Director del Instituto Teológico San Fulgencio de Murcia.

LUNES, 27 DE ENERO POR LA TARDE
Visita a Montilla, donde conoceremos los lugares Avilistas. Oportunidad para ahondar más en la figura de San Juan de Ávila, patrón de los consiliarios de Acción Católica. Celebración de la Eucaristía. Nos acompañará D. Demetrio, obispo de Córdoba.

MARTES, 28 DE ENERO POR LA MAÑANA
Trataremos distintos temas relacionados con la ACG y nuestro acompañamiento al respecto. Contaremos con la presencia de D. José Fuentes Cano, párroco en Jesús Obrero de El Alto-La paz y secretario de la Conferencia Episcopal Boliviana, el cual nos presentará el proyecto evangelizador que se nos ha pedido realizar este verano en Bolivia.

TODA LA INFORMACIÓN sobre el encuentro la encontraréis EN ESTE DOCUMENTO.

En esta dirección de esta web, podrás encontrar documentos sobre el Acompañamiento, resultado de los encuentros de otros años. 

Inscripción:

Llamando a nuestra sede: 915 311 323
O escribiendo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Hay que rellenar esta ficha de inscripción y enviarla por email o llamando a nuestra sede.

Hasta el día 20 de enero.

Aportación económica:

95 € (Estancia y comidas desde la noche del domingo, con cena, hasta la comida del martes, ambas incluidas)
70 € (Estancia y comidas desde el lunes por la mañana)

 

 



Maruja Herraiz obtiene el premio ‘Por un mundo mejor’

Maruja Herraiz, de la diócesis de Orihuela-Alicante galardonada con los Premios ¡Buenos días, Javi y Mar!: POR UN MUNDO MEJOR.



 

 

Maruja Herraiz es una de las más veteranas de nuestra asociación, con una vida dedicada a los demás. Encontró su vocación en los Centros Católicos de Cultura Popular y D. A. en los años 70, desde entonces ha sido animadora y responsable diocesana de su diócesis. Trabajadora incansable y paciente ha sabido sacar de las mujeres su potencial.

Ha recibido el premio por una vida entregada a los demás, a las mujeres, a su dignificación y promoción, siguiendo los pasos de Pilar Bellosillo y Mary Salas que la animaron a incorporarse a este bello servicio.

Con la espontaneidad que la caracteriza: "Esto no es un óscar pero vale mucho más".

Para ampliar información y ver el vídeo de su labor, consultar la noticia en la web de Cadena 100

 Acudió a recoger el premio con todas sus sobrinas, de las que partió la iniciativa de presentarla a estos premios, y de la vicepresidenta del Patronato de los Centros Católicos de Cultura Popular y responsable de adultos de nuestra asociación.

 

 



'Los laicos están descubriendo la necesidad de formarse’

Entrevista a Eva Fernández en Alfa y omega como coordinadora de la Subcomisión de Procesos Formativos del Congreso de Laicos.



 
 
 

 

¿Por qué debe ser una prioridad la formación?
Estoy convencida de que es una necesidad que están descubriendo muchos laicos, tanto de parroquias como de asociaciones y movimientos. Se ve también en el instrumentum laboris. La necesitamos para vivir nuestra fe, y para ser capaces de dar respuesta a nuestra sociedad de una manera razonada y coherente.

¿De qué hablamos cuando decimos formación?
La entendemos como un proceso integral que ayuda a vivir la fe; no solo una cosa intelectual, sino del corazón. Cuanto más la conoces y más la vives, más propicias el encuentro con Cristo y más te pones en camino a la santidad. También nos ayuda a discernir la voluntad de Dios en nuestra vida. Todo va a la par. Insistimos mucho, además, en la idea de proceso. Muchas veces nos formamos puntualmente sobre algo. Pero es importante que esté siempre, porque los itinerarios catequéticos acaban y de repente los adultos nos damos cuenta de que llevamos años sin nada similar.

¿Se apuesta por ofrecerla en todas las realidades eclesiales de forma transversal, o exige momentos e iniciativas concretas?
Hay una formación básica que todos necesitamos. Pero es cierto que a partir de ahí y de tu vivencia de la fe, vas discerniendo y hay momentos en que sientes que necesitas algo más específico para dar respuesta a lo que el Señor pone en tu corazón: la familia, cómo vivir la fe en tu profesión, el mundo del sufrimiento…

¿Qué más ingredientes necesita?
Además de integral, debe ser comunitaria (aunque haya una parte personal), insertada en una comunidad. Nunca hemos podido, y ahora menos aún, ir por libre. Y compartir en grupo también hace que crezcamos, al escuchar y compartir la experiencia de otros.

¿Y qué temas hacen más falta?
Estamos convencidos: doctrina social de la Iglesia.
Los movimientos y ramas laicas de las congregaciones sí ofrecen más oportunidades para profundizar en su carisma. ¿Es un reto mayor para las parroquias?
Lo es. Pero también es algo que se está dando ya. También en parroquias. Muchas diócesis están articulando para ellas una formación integral sistemática, con itinerarios que proponen distintas asociaciones. Sé que Acción Católica General, de la que soy presidenta, lo ofrece en más de 40 diócesis, abierto a todos. Y hay otros. Creo que es un momento precioso en el que la gente está descubriendo que tiene que dar respuesta a muchas cosas que hay en su corazón, y profundizar en la fe le está ayudando. Pero queda camino por recorrer.

¿Qué camino, o qué barreras?
La fundamental es despertar esta sed en las personas que todavía no la tienen.

Entrevista publicada en el nº 1.149 de Alfa y Omega

 



La Acción Católica Internacional y su misión

Vídeo con un breve recorrido por la Acción Católica Internacional y su misión en el mundo.



 
 
 



Los Consiliarios peregrinan a Montilla en su encuentro anual

Los días 27 y 28 de enero se ha celebrado en Córdoba y Montilla el Encuentro Nacional de Consiliarios de Acción Católica Generaly



 

 

Con motivo del Año Jubilar de San Juan de Ávila, el encuentro se ha realizado por primera vez fuera de Madrid, ya que el patrón del clero lo es también de los consiliarios de Acción Católica de España.

El programa seguido por los sacerdotes y presidentes comenzó en la mañana del lunes con la reflexión “Comprender, acompañar y servir la alegría del Evangelio a los jóvenes” ofrecida por el Director del Instituto Teológico San Fulgencio de Murcia, D. Juan Carlos García Domene. Por la tarde, tuvo lugar la peregrinación a los lugares Avilistas en Montilla, seguida de la ponencia de Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, en la Parroquia de Santiago y la celebración de la Eucaristía en la Basílica Pontificia de San Juan de Ávila.

El martes estuvo dedicado a compartir reflexiones en torno a la tarea del consiliario en la Acción Católica General, también, tuvo lugar la presentación del Proyecto “Face to face”, servicio misionero “AD GENTES” de la Acción Católica General en Bolivia .

El Obispo Consiliario de la Acción Católica, Mons. Antonio Gómez Cantero, Obispo de Teruel y Albarracín, acompañó a los sacerdotes en su estancia en Córdoba y Montilla y recibió de manos del obispo de Córdoba, la cruz pectoral con la reliquia de San Juan de Ávila.

 

 



La importancia de la formación de los laicos

Entrevista a Eva Fernández en la cadena COPE  nos habla de la importancia de la formación, de cara al Congreso de Laicos.



 
 
 

 

El Espejo mira cada semana al Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en salida”, que convoca la Conferencia Episcopal Española del 14 al 16 de febrero.

El Congreso plantea cuatro grandes itinerarios: Primer anuncio; acompañamiento; procesos formativos y Presencia pública. Hoy hablamos del tercero, el que se refiere a la formación, con Eva Fernández Mateo, Presidenta de Acción Católica y coordinadora de este itinerario del Congreso.

Eva Fernández se ha referido a la formación, como algo que los laicos deben cuidar a lo largo de toda su vida, para poder responder de la mejor manera posible a los retos que la sociedad va planteando.

"Para poder dar razon de nuestra esperanza y de nuestra misión -ha dicho E. Fernández- tenemos que conocer qué dice nuestra fe y una parte muy desconocida para muchos creyentes es la doctrina social de la Iglesia. Sin embargo, puede dar una buena respuesta a las angustias y búsquedas de mucha gente de nuestra sociedad".

 

 

 

 



Ejercicios espirituales en Málaga

Desde Acción Católica General ponemos en marcha de nuevo y para esta cuaresma los próximos ejercicios Espirituales bajo el lema La Alegría de ser misión.



 
 
 

 

En búsqueda de un tiempo de silencio, de retiro, de oración, de encuentro con Cristo, se han programado 3 Tanda de Ejercicios Espirituales que se llevarán a cabo en las Nazarenas que como siempre tan calidamente nos acogen para favorecer este espacio donde hemos decidido tener estos días de reflexión.

Dos sacerdotes y una religiosa serán los que se encargarán de guiarnos estos tres fines de semana.

ORGANIZATE Y DEDICATE ESTE ESPACIO CON EL SEÑOR!

Ampliar información e inscripciones en la web de ACG de Málaga.

 

 



Francisco Ramírez Mora  participa en el Simposio "Pedagogía de la santidad".

El responsable del sector de jóvenes de Acción Católica General participa en el Simposio internacional "Pedagogía de la santidad" sobre los desafíos plantea la llamada a ser santos.



 
 
 

 

¿Qué significa "santidad" hoy en día, convertirse en "santos"? ¿Qué desafíos plantea el llamado universal a la santidad propia de todos los cristianos para los laicos comprometidos en la vida diaria y en la relación con el mundo? ¿Son diferentes los desafíos para adultos y jóvenes? ¿En el norte o sur del globo?

Todo esto será discutido durante el Simposio Internacional "Pedagogía de la santidad". Un desafío universal para los fieles laicos ", que tendrá lugar del 5 al 9 de febrero en Roma (Casa s. Juan de Ávila, a través de Torre Rossa 2). La iniciativa es propuesta por la Escuela de Santidad de la Fundación Acción Católica "Pío XI" en colaboración con la Secretaría del Foro Internacional de Acción Católica.

Como parte del simposio, al que asistirán los líderes nacionales y asistentes de la Acción Católica de 13 países (Albania, Argentina, Burundi, Italia, Malta, Myanmar, Perú, Rumania, Ruanda, Senegal, Eslovaquia, España y Ucrania) hay un Momento público en la tarde del 6 de febrero en la Sala San Pio X (vía dell'Ospedale 1, esquina de via della Conciliazione).

A las 16.30 horas se abrirán el Simposio con la oración presidida por el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, Administrador Apostólico de Caracas y Presidente de la Fundación Acción Católica de la Escuela de Santidad. La Vicepresidenta de la Fundación, Silvia Correale, presentará las actividades del organismo nacido en 2007 para apoyar el trabajo de documentación y cuidar la difusión de figuras de testigos capacitados en la "escuela de santidad" de Acción Católica en colaboración con las iglesias locales.

Seguirá el discurso del Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.

Después de un breve intervalo, se presentarán los testimonios sobre los temas: "Ciudadanos de la polis", editado por Mariella Enoc, Presidenta del Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma; "Juventud y discernimiento" por Francisco José Ramírez Mora, Responsable del sector de jóvenes de la Acción Católica General; "Artesanos de la justicia y la paz" del P. Salvator Niciteretse, Jefe de FIAC África y "Arraigados en la Palabra" de la Hermana Maria Ko Ha Fong, profesora de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación Auxilium.

Las conclusiones corren a cargo de Matteo Truffelli, presidente nacional de la Acción Católica Italiana y vicepresidente de la Fundación. El trabajo será coordinado por la periodista Chiara Santomiero, jefa de la oficina de prensa de FIAC.

A partir de las 15.30 se puede visitar las exposiciones organizadas para la ocasión y dedicadas a figuras de testigos, laicos y sacerdotes, que han profundizado la vocación a la santidad en la Acción Católica: "El buen camino. Testigos de la Misericordia del Padre "y" Acción Católica y sacerdotes santos. Asistentes y promotores de AC para ser Iglesia juntos”.

Los siguientes días del Simposio que concluirá se dedicará a la profundización de la historia de la santidad que floreció en la Acción Católica y la promoción de las actividades de la Fundación y la Acción Católica en la perspectiva de la Exhortación Apostólica Gaudete et exultate en el llamado a la santidad en el mundo contemporáneo. Domingo 9 de febrero con participación en la oración del Ángelus con el Papa Francisco en Piazza s. Pedro.

Ampliar información: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2020-02/accion-catolica-simposio-internacional-escuela-de-santidad.html.

 

 



Encuentro Laicos de Parroquias en Gran Canaria

El sábado, 25 de enero, hemos tenido el Encuentro de ACG y Laicos de Parroquias, en el que participaron personas de diversas parroquias.



 

 

Han participado las parroquias: La Goleta, Tafira, Lomo los Frailes, Tamaraceite, Santa Brígida, Moya, Arucas, Valle de Jinámar, Tenteniguada, profesores de los institutos diocesanos, y un representante de Manos Unidas.

Se contó con una oración sencilla inicial. Teniendo en cuenta que en este domingo se celebró por vez primera el Domingo de la Palabra de Dios, promulgado por el Papa Francisco.

Posteriormente se comenzó con el VER, dinamizado por Marco Hernández, y para ello se invitó a compartir diferentes testimonios de personas que ya están en grupos de vida, de su experiencia en ellos, y lo positivo de esto. Sacando unas conclusiones finales.

En el JUZGAR, llevado por Fernando Afonso, se presentaron las herramientas de la ACG, partiendo del Acompañamiento realizado desde el grupo de vida, (y se vio la importancia además, del acompañamiento individual), se vieron las herramientas de la ACG: Revisión de Vida, Estudio del Evangelio, Proyecto Personal de Vida Cristiana, y la Lectura Creyente de la Realidad.


En el ACTUAR, dirigido por Elena Rodríguez, se dio pistas para realizar un trabajo por pequeños grupos (grupos de origen) la valoración de lo tratado, y pistas concretas para dar comienzo/continuar en un grupo de vida.

Se realizó una puesta en común de lo trabajado en los pequeños grupos. Destacando como compromisos de este encuentro:

- El comienzo como grupo de vida de los profesores de los institutos diocesanos.

- El replantearse la marcha del grupo de vida que ya funciona de la zona interparroquial de Tamaraceite y Lomo Los Frailes.

- Un grupo de la Parroquia del Lomo Los Frailes sin grupo de vida habían descubierto una forma de ser cristiano, que daba respuestas a sus necesidades, y seguirían en contacto.

- Las dos agentes de pastoral de la Parroquia de Moya, el trasladar lo vivido y compartido en esta jornada a su parroquia, para ver la posibilidad de comenzar con un grupo de vida. Y en su caso solicitar a la Comisión Diocesana de ACG la visita a la parroquia, para informar de este tema, y asesorar de cómo hacer para comenzar este camino.

- El agente de Pastoral de la Parroquia de Santa Brígida, también iba a trasladar lo vivido y compartido en esta jornada a su parroquia, para ver la posibilidad de comenzar con un grupo de vida. Y en su caso solicitar a la Comisión Diocesana de ACG la visita a la parroquia, para informar de este tema, y asesorar de cómo hacer para comenzar este camino.

- El grupo de vida de La Goleta (Arucas), se sentía en total sintonía, y continuaba en el camino. Iban a transmitir al resto de los miembros del grupo, que no pudieron estar, lo vivido y compartido en este día.

En la valoración final se destacó:

- Para próximos encuentros en estas fechas, ponerlo en febrero, para facilitar la asistencia de los jóvenes. Esta es temporada fuerte de exámenes.

- Muy positivo, y se va a transmitir a las personas de su grupo de vida. Y se valora la presencia de sacerdotes.

- Ha gustado mucho, y lo deseaba desde hace tiempo. Hace mucho formó parte de un grupo de Acción Católica, pero se rompió. Desde que conoció a la nueva Acción Católica General, se interesó por ellos, para transmitirlo a un grupo de padres, al que acompaña. Se concretará posible fecha con la Comisión Diocesana, para un posible encuentro en su parroquia.

- Se pide un espacio de trabajo corto, para trabajar el Análisis de la Realidad.

- Ha resultado positivo, y está agradecida a que sus compañeros (profesores de los institutos diocesanos) hayan cogido el mensaje, y hayan asistido a este encuentro. Ahora se trata de comenzar, como se han comprometido.

- Muy contenta de estar, y contenta de ver a jóvenes. Se va súper llena.

- Siempre que asiste a los Encuentros de Acción Actólica Genera es como una inyección, un estímulo, y te hace ver que Dios está ahí. Y de tener a Alguien a quien agarrarnos.

- Se agradece la presencia, valorándola mucho, porque siendo sábado, y teniendo otras posibilidades, se ha optado por estar aquí. Y el acompañamiento es recíproco, es decir, tanto de las personas que ya formamos la Acción Católica General, como de las que no; de ida y vuelta. Todos nos apoyamos.

- Siempre hay tiempo para las cosas importantes, y más para las personas importantes.

Se finalizó con la comida, serena, y posteriormente la despedida.


Se van dando pasos llenos de esperanza, con la ayuda y presencia del Espíritu de Dios.

Un abrazo en Cristo Resucitado.

Para ampliar información: http://acgdiocesisdecanarias.blogspot.com/

 

 



Simposio Pedagogía de la Santidad Testimonio de Fran Ramirez Mora

Participación del responsable del sector de jóvenes de ACG en el Simposio Pedagogía de la Santidad, el 6 de febrero de 2020, en Roma



 
 
 

 

 



Entrevista a la Presidenta en el programa Crónica de Roma en  TRECE

La presidenta de Acción Católica General nos habla de las claves del Congreso de Laicos: "Estamos muy contentos por ese caminar juntos que hemos tenido". 



 
 
 



Acoger y sanar las heridas de los que peregrinan a nuestro lado

Retiro de Cuaresma de la ACG de Teruel y Albarracín y CONFER



 
 
 

 

La tarde del sábado 29 de febrero, haciendo un paréntesis en nuestras ajetreadas vidas la ACG y CONFER nos convocaron a un retiro en un sitio tranquilo y lejos del bullicio que nos invade. Más de cincuenta persona aceptamos la invitación. Comenzamos cantando y orando, poniendo nuestro corazón en sintonía, dejándonos mecer por la brisa del Espíritu. Después, de la mano de José Luis Torrubiano desvelamos la Cuaresma como un tiempo de CONVERSIÓN que, siguiendo nuestro Plan Pastoral, tenía que ser también SOCIAL: acercándonos a las realidades eclesiales, socioeconómicas, de despoblación, de soledad, de pobreza y marginación de nuestras comunidades y nuestras gentes, e iluminándolas a través de la Palabra, descubrimos la llamada de Jesús a una necesaria conmoción por el otro que nos mueva a salir y dar respuesta al sufrimiento ajeno, a sentir con el otro, acogerlo, escucharlo, “a poner cada uno lo que para el camino lleva en las alforjas”, y así, entre todos, combatir el conformismo y el pesimismo, poner a la persona y su dignidad en el centro, ser “artesanos” de la paz y el perdón, ser amparo de los débiles… teniendo en el horizonte la igualdad y la necesaria equidad.

Esta reflexión nos llevó al momento de silencio, preñado de preguntas: ¿cómo crear comunidades más abiertas, dialogantes, acogedoras?; ¿vivimos el Evangelio como fuente de esperanza e ilusión para los que caminan a nuestro lado?; ¿cómo puedo contribuir yo a hacer una comunidad que peregrina en Teruel, que acompaña y cura las heridas de quienes caminan a nuestro lado? Se quedó pequeño el silencio, pero abrió en todos el anhelo de ir dando respuestas.

Con una hermosa oración agradecida, en la que pudimos hacer eco de las palabras y los silencios de la tarde, José Luis se despidió con unos versos de León Felipe: “Voy con las riendas sueltas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino llegar con TODOS y A TIEMPO”.

Terminamos compartiendo merienda y nos marchamos con tarea pendiente, dispuestas a vivir la Cuaresma bien despiertas, caminando en fraternidad, sin miedo, con fe y esperanza. Gracias José Luis por compartir tanto. Buen camino hacia la Pascua.

 

 

 



Convivencia de Cuaresma. Diócesis de Toledo

El pasado 1 de marzo la Acción Católica General de Toledo nos reunimos en lo que viene siendo nuestra tradicional Convivencia de Cuaresma



 
 
 

 

Este encuentro a mediados del curso siempre pretende ser un momento de oración, comunión y envío, donde esperamos que los miembros de nuestra asociación, y cualquier persona de la diócesis que quiera participar, puedan fortalecer su fe, a la vez que aumente su júbilo y compromiso con la Acción Católica General.

Este año, como novedad, hemos reunido a los tres sectores. Allí estuvimos más de cien personas entre Niños, Jóvenes y Adultos, donde pudimos comprobar nuestra riqueza y concienciarnos de la misión que tenemos dentro de la Iglesia.

Seguimos caminando impulsados por el Espíritu Santo dispuestos a no abandonar nuestra misión, y ahora guiados por nuestro nuevo obispo don Francisco Cerro Chaves.

 

 

 



Encuentro Interzona - Jovenes ACG

“TIEMPO AL TIEMPO”



 

 

“Luego tenemos a Jesús al que casi nunca le dedicamos el tiempo que deberíamos o que necesitamos. La realidad nos absorbe, la tecnología nos despista y, casi sin darnos cuenta, se nos olvida todo lo que creemos importante.”

Soy Nerea, y pertenezco a uno de los grupos de jóvenes de EKO-ACG de jóvenes, en Bilbao.

El fin de semana del 29 de febrero y 1 de marzo, distintas diócesis de la zona norte nos hemos juntado, en Alsasua, para disfrutar unos días y reflexionar sobre la gestión de nuestro tiempo libre, “parar un rato” a pensar sobre aquello a lo que más tiempo le dedicamos, y valorar el ritmo en el que vivimos hoy en día. Empecé por darme cuenta de que, igual, no tenía claro lo que era el tiempo libre, también que este tiempo que yo consideraba libre no tenía “ni pies ni cabeza”.

Disfrutar el 100% de ese tiempo implica saber a qué lo queremos dedicar, ordenando nuestras prioridades y planteándonos qué importancia queremos que tenga Jesús en todo esto. Esto es más fácil verlo en el papel: haces un reloj, piensas en lo importante y lo escribes.

Porque en esa burbuja que es una convivencia, el planteamiento que se nos hizo, en el que le dedicas mínimo una hora a cada aspecto de tu vida parece viable. Luego tenemos a Jesús al que casi nunca le dedicamos el tiempo que deberíamos o que necesitamos. La realidad nos absorbe, la tecnología nos despista y, casi sin darnos cuenta, se nos olvida todo lo que creemos importante.
Y de nuevo, dedicarle más tiempo también resulta sencillo de plantear: tenemos aplicaciones con oraciones diarias, o podemos hacer un hueco a la noche o al terminar de estudiar y, en papel, ya tendríamos cuadrado el tiempo exacto que nos hacía falta. Lo que queda ahora es ponerlo en práctica, moldear esa preparación al tiempo real del que disponemos en esas 24 horas que pasan casi sin que nos demos cuenta.

Pero todos sabemos que para lo que realmente queremos hacer siempre encontramos la motivación, después de haber compartido con gente tan bonita estos días, esta nos llegará sola.
Acabo el fin de semana y creo que todos los presentes nos fuimos a casa con una sonrisa y con la sensación de haber estado rodeada de un ambiente inmejorable, llevando dos días riendo, y con el deseo y con muchas ganas de volver a encontrarnos.

Nerea Sobrino, Bilbao.
Joven del Sector de jóvenes de Bilbao Eko-ACG 

 

 

 
 



Obispos castellanos abordan el papel de la ACG en la vocación laical

Los días 10 y 11 de marzo tubo lugar la trigésimo novena edición del Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de la denominada Iglesia en Castilla



 
 
 

 

La casa de ejercicios de la colegiata de San Luis, en Villagarcía de Campos (Valladolid), acoge hasta mañana miércoles la trigésimo novena edición del Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de la denominada Iglesia en Castilla, conformada por nueve diócesis de Castilla y León (todas, menos las de León y Astorga).

Alrededor de un centenar de personas asisten a la cita, presidida por el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, y con la presencia de los prelados de las diócesis castellanas y del administrador diocesano de Zamora, José Francisco Matías.

Los obispos han elegido como tema del presente encuentro ‘La vocación y misión de los laicos. La Acción Católica General’, por lo que también han sido convocados varios delegados de Apostolado Seglar. Y tal y como ha explicado el secretario de los prelados regionales, el segoviano Ángel Rivilla, lo han hecho con el propósito de “confirmar y reafirmar todo lo vivido en el Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en Salida”, celebrado en Madrid del 14 al 16 de febrero. “El laico tiene su propia misión en virtud de su bautismo: Ser testigo. Hemos sido enviados a hacer presente a Jesús. Nuestra misión es ser sal y luz en parcelas tan fundamentales como la familia, la cultura o la economía”, ha apostillado.

Además de los momentos de oración y de fraternidad, y de los testimonios diocesanos, los asistentes han tenido la oportunidad de asistir a dos ponencias. La primera, impartida por el doctor en teología por la Pontificia Universidad Gregoriana y profesor de teología fundamental y eclesiología tanto en la Facultad de Teología de Cataluña como en la Gregoriana, Salvador Pié-Ninot, quien ha hecho una reflexión sobre la vocación y misión de los laicos remontándose a la creación de la antigua Acción Católica y destacando la nueva apuesta de la Iglesia de España por la Acción Católica General “de niños, jóvenes y adultos y, primariamente, parroquial y diocesana”. La ACG, ha subrayado, “se ha retomado además de una forma realista (excluyendo, por ejemplo, a las parroquias más pequeñas) y no como algo añadido, sino constitutivo de las diócesis”. “Son grupos de vida que se reúnen, leen la palabra de Dios y ven cómo pueden ayudar en su entorno siendo testigos del Señor; una especie de red que persigue vigorizar el cristianismo para tener una presencia más significativa en nuestra sociedad”.

La presidenta de Acción Católica General, Eva Fernández Mateo, por su parte, ha dado a conocer el proyecto más en profundidad porque, según ha afirmado, “puede ayudar a las parroquias en la formación del laicado y a la hora de discernir lo que Dios quiere de cada bautizado para ser sus testigos en el mundo”. “Lo más importante –ha destacado- no es ser de ACG sino ser un cristiano que se siente de su parroquia y de su diócesis… Y cuando en ese grupo se va creciendo en la fe se pasa a ACG para formar parte de un laicado organizado, asociado, que nos ayude a articularnos mejor, a caminar juntos como Iglesia en España e incluso a nivel internacional”.

Estos encuentros regionales constituyen una reunión anual que se estableció para generar una conciencia de comunidad en la Iglesia ‘castellana’ y marcar unas orientaciones pastorales comunes para todas las diócesis participantes, en la que a lo largo de estos 39 años se han tratado diversas materias como la enseñanza, las unidades pastorales, la catequesis, la liturgia, el patrimonio cultural, la iniciación cristiana o la caridad, entre otros. Es el foro más antiguo y perseverante de la Iglesia en Castilla; el encuentro de referencia para otros tantos que se celebran en los distintos ámbitos.

 

 

 



En el horizonte… la Resurrección

La Acción Católica General nos queremos hacer presentes en este momento difícil para todos para recordar que es también un momento para la esperanza



Desde la Acción Católica General nos queremos hacer presentes en este momento difícil para todos pero, como dice el Papa Francisco, momento para la esperanza. Esperanza que se transmite en cada persona que pone su grano de arena para que, juntos, superemos esta crisis.

Es una preciosidad descubrir la multitud de iniciativas que desde las Diócesis se están organizando para hacer más fructíferos estos días, tanto desde la oración como desde la ilusión, el ánimo y el apoyo a los más vulnerables en estos momentos. Os invitamos a participar en la medida de vuestras posibilidades en todas aquellas en las que podáis. Y en especial os animamos a seguir colaborando, con prudencia, en las distintas iniciativas solidarias que han puesto en marcha Caritas y otras instituciones, pues la caridad no está en cuarentena.

Para los jóvenes, los niños y niñas este es un momento desafiante, recordad que vuestro trabajo sigue siendo vuestros estudios, que no debéis descuidar. Pero nos gustaría disfrutar de vuestra alegría y creatividad, os animamos a compartirlo con nosotros y hacernos llegar las vivencias de estos días

En esta cuarentena la vida asociativa continua de forma creativa, puede ser momento de seguir con nuestra formación, intercambiando materiales, compartir lecturas e ideas de reflexión cultural, tenemos la iniciativa de nuestros jóvenes. Hemos descubierto que nuestra vida no depende de la agenda y las reuniones que tenemos. Puede ser un momento maravilloso para trabajar en nuestro ser, ser personal y ser espiritual. Disfrutemos de la compañía de las personas con las que convivimos.

Desde la Comisión Permanente seguiremos con nuestra propuesta semanal de “Preparando el domingo” y poniendo a disposición de todos, en abierto, el último número de la revista SIGNO. En unos días, a propuesta del sector de jóvenes, os haremos llegar una iniciativa de conciertos desde casa que nos brindarán algunos asociados. También contáis con otros documentos disponibles en la web y de una manera especial todo lo referido a la campaña “La cultura del encuentro” que nos puede iluminar en el camino a recorrer para dar respuesta a todas las necesidades que surgirán después de estos días de confinamiento.

Damos las gracias a todos por la responsabilidad como ciudadanos en momentos difíciles.

Nos unimos a la oración de la Iglesia y a la vuestra, especialmente por los más pobres y vulnerables en estos momentos. Le pedimos a nuestra madre la Virgen, ella que tanto sufrió a los pies de la Cruz, que nos lleve al Señor para pedirle por todos nuestros hermanos fallecidos para que sean acogidos en sus brazos misericordiosos, por todos los que están enfermos y por sus familias. Para pedirle y agradecerle la labor de tantos hombres y mujeres que velan para que todos podamos estar un poco mejor: los que velan porque tengamos cubiertas nuestras necesidades básicas, los profesionales sanitarios, las fuerzas del orden y todas las personas que de forma anónima contribuyen en alguna medida a afrontar esta crisis.

Estamos en camino a la Pascua, no perdamos de vista el horizonte… la Resurrección, nuestra Esperanza. Unidos en Cristo, llevemos a nuestro mundo el amor y la misericordia de Dios.


La Comisión Permanente de Acción Católica General.

 

 



El Covid desde la fe

Testimonio de Mª José de la Esperanza

Diócesis de Madrid



 
 
 

 

En estos momentos duros, de incertidumbre, de miedo, Mª José de la Esperanza que se contagió del Covic-19 comparte con todos nosotros sus sentimientos y esperanzas vividos en su enfermedad.

¡Hola a todos mis amigos!  

Por fin hoy, después de 22 días luchando contra el virus, puedo decir que me encuentro bastante bien. Sigo algo débil pero mucho mejor que hace días. He superado la cuarentena y hoy ha sido mi primera salida a la calle. Pensaba en este momento y lo veía muy muy lejano pero ha llegado por fin. Doy gracias a Dios por ello y a todas las personas que me han estado preguntando y rezando por mí. Ahora puedo deciros que este virus se vence y que yo he tenido la gracia de conseguirlo.

Algunos me han preguntado si he tenido miedo en estos días de soledad y enfermedad en casa. Puedo deciros que la primera noche, a las 4 de la mañana, con mucha fiebre y sin conseguir contactar con ninguno de los teléfonos “oficiales” para este caso, pasé un momento de temor. Pensé que quizá tendría que ir a un hospital y me agobiaba pensarlo. En ese momento de insomnio e incertidumbre cogí el rosario de mi mesilla y empecé a desgranar las avemarías. Fue un rezo monótono y distraído pero no se me pedía más en ese momento. Era suficiente el deseo de ponerme en manos de Dios y agarrarme a la mano de su Madre, María.

Transcurrieron los primeros días con mucha fiebre y una gran sensación de abandono por parte de las autoridades sanitarias puesto que tras muchísimos intentos de hablar con ellos, al conseguirlo y no presentar patologías respiratorias graves, quedaban en que me llamaría un médico y nunca lo hicieron. Agradezco a mi doctora y amiga Lucía Gallegos que respondiera a mi WhatsApp desesperado de los primeros días y me diera la pauta a seguir en mi cuarentena en casa completamente sola. Ha sido una prueba, os lo aseguro. Me consta que esta misma situación la están pasando muchas personas que tampoco se contemplan, como yo, en las cifras oficiales de contagiados pero lo hemos estado aunque no se nos haya hecho la prueba.

En estos días de enfermedad y confinamiento me ha ayudado mucho poder seguir la Eucaristía de mi parroquia por Youtube. Me he sentido unida a toda la Iglesia cuando rezaba la Liturgia de las Horas y cuando daba paseos por mi casa rezando el rosario. Estos momentos de oración me ayudaban a distribuir el día y marcar un ritmo para evitar, especialmente al principio, hacer de estar sentada/tumbada en el sofá la única actividad del día a día.

Mi grupo de revisión de vida de Acción Católica ha estado muy pendiente de las tres personas contagiadas del grupo. Cada mañana dábamos el parte médico por WhatsApp y hemos estado en constante comunicación.

De esta experiencia tan dramática y de tanto dolor y muerte pido al Señor que podamos  sacar muchas enseñanzas para la vida. Valorar el trabajo y las relaciones humanas que se dan en él; valorar la salud y las posibilidades que te da el estar al 100% de tus fuerzas; aprovechar el trato con los demás sin escatimar abrazos, sonrisas y besos;  dar gracias por tantas personas que trabajan cada día para cubrir nuestras necesidades básicas de comida, salud, protección, transporte…Creo que es una gracia que tenemos que pedir para todos ahora que hemos sido sacudidos en nuestra creencia de ser seres omnipotentes, autónomos e independientes.

En especial mi gratitud a todo el personal sanitario, de limpieza, a los que trabajan en farmacias y supermercados y, por supuesto, al Ejército y fuerzas de seguridad del Estado que tanto nos tranquilizan en esta situación. Un recuerdo especial para mis ancianos padres y los miles de mayores, en sus casas o residencias, que son los más vulnerables ante esta pandemia.

RESISTIREMOS.

 

 

 



El Covid desde la fe

Testimonio de Lourdes Azorín

Diócesis de Madrid



 
 
 

 

Diario de un camino de muerte y vida

Hola, permitidme que me presente, soy Lourdes Azorín Ortega, nací en Yecla, Murcia, hace 61 años. Soy médico y psicoterapeuta, trabajo en Proyecto Hombre Madrid en el programa de atención ambulatoria y mantengo también una consulta privada, me apasiona mi trabajo.

Soy una mujer cristiana, pecadora amiga de Jesús. Tengo buen carácter, soy “disfrutona” y alegre sin mérito ninguno, es de nacencia. Mi marido, me miraba socarronamente y me decía: “qué feliz te veo “jodia”, yo como una tonta le decía: siii. Y tu? y me soltaba, yo no puedo caer tan bajo”, era maravilloso. Estoy razonablemente sana, yo me veo estupenda pero la verdad es que estoy goooorda como una maza.

Mi cumpleaños es el 8 de marzo y este año ha sido muy especial, en mi pueblo Yecla, me dieron una mención por mi labor social y tuve otras tres compañeras mencionadas igualmente. Fue un fin de semana muy feliz, me entrevistaron en la radio, el teatro se llenó para celebrar el “Día de la mujer”. Se reunió todo el Clan de los Ortega comimos juntos y me hinché a dar besos y abrazo.

El lunes 9 todo se precipitó: cierre de colegios, el miércoles se cerró mi centro de trabajo y nos quedamos en casa, esa semana y la siguiente aún trabajé on line y esas cosas.

El lunes 16 comencé a tener fiebre. ¡Dios mío que angustia! Estaba aterrorizada con el corazón en un puño y una garra en la garganta. Mi familia, mi pueblo… No hacía más que preguntar y averiguar cómo estaban las cosas. Los días pasaban y la garra se fue abriendo y la angustia aflojando.

Le dije a mi sobrino David que es neurólogo en Valladolid y a mi sobrina Irene, que está terminado la residencia de familia en Hellín, lo que me estaba pasando pero que no dijeran nada, ellos especialmente me acompañaron.  

No sé dónde me contagié en el trabajo, en el metro, ni idea, una inútil epidemiológicamente hablando.

El domingo 22 resucité a la calma todos estaban bien, mi familia, mis amigos y vecinos de Yecla. Me relajé y me entregué suave y mansa a la enfermedad. La fiebre siguió subiendo y la saturación bajando, y el miércoles 25 me fui a mi hospital de referencia, la Fundación Jiménez Díaz.

Llegué a las 12 de mediodía y a las 7 de la tarde me habían hecho RX, analíticas varias y el médico que me atendió se dio cuenta de que yo soy médico y tuvo la deferencia de enseñarme las radiografías, las analíticas, un desastre, pero yo me he encontrado tan bien todo el tiempo, me decía: ¿pero no tienes sensación de ahogo, fatiga? Y yo solo podía decir que no podía cantar el Magnificat ni el Resistiré, que tanto cariño le tengo porque, no os lo perdáis, es el himno de la asociación de viudas de mi pueblo.

Me ingresaron. Estuve dignamente, como corresponde a la dignidad sagrada de las personas, tratada y cuidada. Ya avisé a toda la familia y mis amigos y compañeros se fueron enterando.
Al día siguiente, la rutina del hospital me mecía. Todos hacían un esfuerzo por llamarte por el nombre, se presentaban. Soy Catalina, soy Teresa, tu médico. Soy Elena la enfermera de la tarde. Soy Dani el enfermero de la noche. Hacían comentarios personificantes: “que bien huele esta habitación, huele como a chuches”. Pero este virus hace que pierdes el olfato, la vida no tiene sabor, no puedes abrazar, aunque puedas escuchar que con afecto te pregunten: ¿Estás viendo Cachitos?, yo también los veo, me gusta mucho”.

El viernes había construido una estructura sencilla y eficaz: a las 8 a levantarse, el aseo, la colada. El desayuno, la visita de una de mis médicas. Laudes y las lecturas del día. Un par de horas de leer novelas, que no tenía ganas de otra cosa, la comida a las 13 o 13.30 h.

Después las noticias, saber y ganar, un poquito de siesta con los “animalicos” de la TVE2. La merienda. El rosario y las vísperas. A las 7 echan en la 2 un programa de cocina de una chica francesa estupendo que me abría el apetito y fantaseaba con la comida. Luego la cena y todo sabía a corcho. Un ratico de tele y a dormir.

El sábado fue duro. Mi compañera de habitación, Emiliana, una viejecica frágil como un pajarico comenzó a agonizar. Por la mañana dejaron entrar a su hija, toda protegida pero no pudo tocarla, lloraba y le decía: “mamá te quiero”. Cinco minutos.

Cada 2 horas se asomaba alguien y por la noche, del sábado al domingo a media noche cuando abrieron y me desperté todo era silencio, ya no jadeaba, Emiliana había muerto. Cuánto me consoló que la metieran en una bolsa blanca.

Ese domingo estuvo dedicado a los muertos. Manolo, el marido de Manoli y padre de Mari Carmen, el suegro de Marsina, la abuelica de Nieves, los padres de mis pacientes… Cuando murió mi marido, un 23 de diciembre, mi sobrino Jaime me consoló diciendo que el tío se habría encontrado con Carlos Cano que había muerto aquel diciembre. Estoy segura de que todos estos se habrán alegrado de encontrar a Luis Eduardo Aute.

El domingo por la tarde llegó Lucía, otra viejecica presumidilla y coqueta con una neumonía mucho más leve, pero con un síndrome vertiginoso que estoy convencida de que era angustia.  Estaba aterrada, no hacía más que decir si de esto se muero los que están enfermos, yo estoy bien.

El lunes yo me encontraba muy bien y me dejé querer y cuidar y regocijarme por todas las personas que me estaban queriendo y cuidando y acompañando. Hice un somero recuento, más de 500 persona, familia, amigos, compañeros, la gente de la Acción Católica General, la parroquia de nuestra Señora de las Delicias, los de Manos Unidas, los de la Comisión episcopal de apostolado Seglar, los de Betania. Un cosechón.

El martes ya me veía fuera, pero, aunque la evolución era muy positiva, la toxicidad renal de la medicación me hace entrar en fracaso renal agudo y el miércoles 1 de abril me quedo a ver si espabilan los riñones. Eso no duele. A “empapuzarme” de agua y a mear como una loca.

Mejoré y el viernes de Dolores nos dieron el alta. Salí del hospital a las 5 de la tarde, me perdí por los pasillos y cogí un taxi, le dije al taxista si me llevaba, que era contagiosa y que me tenía que prometer que desinfectaría el taxi. Me dijo que no me apurara que lo hacía después de cada servicio. Hacía un día precioso y me trajo a casa por pintor Rosales, el Parque del Oeste, Virgen del Puerto. Una gozada ver y sentir el sol y la luz y la naturaleza.

Llegué a casa, tuve que ir a la farmacia, hice una compra con mucho cuidado y mi vecino Dani la recogió y la dejó en la puerta de casa.

Desde entonces estoy en casa loca de contento y de agradecimiento. A ver si con soltar esta parida me tranquilizo porque voy a reventar como el lagarto de Jaén de felicidad.

Como diría mi querida María José Navarro: “ totá, que estoy tan contenta de que huelo la mierda, tengo la casa hecha una pocilga y solo he perdido 2 kilos… Ay la verdad,  qué asco ”.

 

 

Lourdes Azorín recibió un reconocimiento en su ciudad natal, Yecla, con motivo del 8 de marzo, regresó a Madrid y enseguida empezó a sentirse mal. Nos cuenta cómo ha pasado la enfermedad

Sonido de: Ona Regional. MURyCÍA. Diario de una recuperación del Covid-19

 
 

 

 

 



El Covid desde la fe

Testimonio de Gregorio Iglesias 

Diócesis de Ourense



 
 
 

 

Diario de un camino de muerte y vida

HHola a todos, soy Gregorio Iglesias Cañedo miembro de Acción Católica General de la diócesis de Ourense y os voy a contar cómo ha sido mi experiencia de vida después de estos 15 días con sus noches encamado. Soy de esos positivos en silencio que pasé la enfermedad en casa con mi mujer y dos hijas (siempre pendientes y luchadoras) atendido por teléfono por el Sergas y una aplicación donde vas dejando datos tres veces al día, temperatura, tos, fatiga, etc, y tres ángeles de la guarda: la médico de cabecera Dolores San Pedro amiga y madrina de mi hija, el Doctor José Carlos Rojo amigo personal y Carlos amigo y consiliario. Primero os digo que me encuentro cada día que pasa mejor, aunque aún débil venciendo al virus a la espera del alta.

A la tercera noche de los primeros síntomas sobre las tres de la mañana con fiebre, dolores y lo que es peor angustia me puse a escuchar la misa que nos manda Carlos todos los días desde la parroquia por YouTube, para pedir por mí. Según iba transcurriendo la eucaristía me fui tranquilizando y al terminar al rezar a la virgen y cantar el himno a María Auxiliadora mirando la imagen que tienen en la iglesia… desde ese momento me encontré acompañado sentía realmente que no estaba solo que estaba conmigo el Señor y su madre María Auxiliadora que fue mi gran sustento (soy antiguo alumno Salesiano) en ese momento empecé a pedir por los que estaban solos en los hospitales y se nos iban cada día, yo estaba acompañado ya no tenía dudas sobre mi recuperación mi ruego era que me encontrara mentalmente fuerte hasta salir de la enfermedad y después desahogarme de esa tensión que tenía, prácticamente a partir de ese día todas las noches como me costaba dormir aprovechaba para rezar, misas, canciones, rosarios etc.

El día 31 de Marzo mi mujer me pidió que me levantara un poco he hiciera por comer algo, fui capaz de comer sólido por primera vez en 15 días estaba en ese momento recuperando el olfato y el gusto me sabía el puré y el huevo frito me puse a llorar como un niño pequeño y les dije a mi mujer y a mis hijas que estuvieran tranquilas que lloraba de felicidad, sentí mi desahogo y así empezó mi recuperación (me emociono al recordarlo).

Quiero agradecer a tantas personas que sé que rezaron por mí. Mi grupo de vida, el consiliario de AC, compañeros del equipo de laicos y a tantos otros que, anónimamente se unieron en oración por mi recuperación. Estos días he oído decir que la religión no cura. Por supuesto que no. Cura la oración y, a lo mejor no cura el cuerpo pero sin duda cura el alma. Solo sabernos en manos del Señor, nos libera de la angustia.

Sigo rezando por quienes aún están enfermos, por quienes les cuidan, por quienes trabajan para que llevemos todo lo mejor posible… Y doy gracias a Dios por no dejarme nunca de su mano.

 
 
 

 

 

 



Pascua Virtual en la diócesis de Toledo

La Acción Católica General de Toledo nos cuenta la experiencia vivida en esta Pascua, marcada por el confinamiento



Esta Semana Santa, cuando todo parecía que su vivencia se iba a limitar al confinamiento en nuestros hogares, en la Acción Católica General de Toledo nos hemos resistido a ello y hemos disfrutado de unas Pascuas virtuales, que han vuelto a convertir estos días santos en una experiencia inolvidable. Distribuidos en nuestros característicos sectores de edad, 113 niños, 290 jóvenes y 220 adultos, por plataformas como Youtube, Zoom y Hangouts, hemos podido seguir los Oficios, compartir oraciones, realizar reuniones por grupos y recogernos en las meditaciones. Actividades que en ocasiones reunían a toda la familia ante un solo dispositivo.

De este modo, la Acción Católica General de Toledo, sigue caminando en nuestra diócesis con el deseo de ser lugar de encuentro con Jesucristo, herramienta que cohesione el laicado de nuestras parroquias y formadora de evangelizadores que lleguen a los ambientes y circunstancias de nuestro tiempo presente.

Paco Cano Moreno
Presidente de Acción Católica General de Toledo.

ENLACES

Canal Youtube de don Valentín Aparicio donde se encuentran oraciones, charlas y Oficios de la Pascua seguida por los Jóvenes.
https://www.youtube.com/channel/UCsb7E14rR5miB7OgwpYxL7Q 
 
Canal Youtube de don Fernando Rivero donde se encuentran oraciones y charlas seguidas en la Pascua de Adultos.
 https://www.youtube.com/channel/UC7GjJq0z2VUr5xavOVb5gQQ
 
Página web de Acción Católica General de Toledo.
https://www.accioncatolicatoledo.es/  
 
Facebook donde se han ido colgando los trabajos de la Pascua de Niños.
https://www.facebook.com/people/Acci%C3%B3n-Catolica-Toledo/100014775217811 

 

 
 



El Covid desde la fe

Testimonio de Mariajo 

Diócesis de Burgos



 

 

Hola a tod@s! Soy Mariajo, de Burgos, de la parroquia del Espíritu Santo. Participo en un equipo de Vida de ACG, y aunque ahora mismo no estoy al cien por cien en el equipo ni en la asociación, mi vida siempre ha discurrido entre planes de vida, proyectos de equipo, revisiones de vida y compartir oración en equipo.

Soy enfermera. Enfermera de atención primaria por convicción y vocación. Me gusta el trato directo con las personas, el seguimiento a largo plazo, creo firmemente en la educación para la salud, en la motivación para el cambio de hábitos y en el acompañamiento a las personas. Actualmente trabajo en un centro de salud rural, en un pueblo de Burgos de unos 6.600 habitantes con un montón de pueblecitos casi despoblados dependientes del mismo. Como en casi toda Castilla, la mayoría de nuestra población es de edad avanzada, pluripatológica y con problemas sociales añadidos como soledad, aislamiento y escasos recursos.

El año 2020 estaba declarado el año de la enfermería y se habían organizado un montón de actividades a diferentes niveles para dar a conocer nuestro trabajo. En nuestro centro empezábamos con muchísimo entusiasmo actividades de educación para la salud en los colegios y en el instituto, un grupo de trabajo con personas con diabetes, seguíamos participando en la comisión de lactancia materna de atención primaria y con mis compañeras, estábamos preparando un trabajo para llevar a un congreso de enfermería. La segunda semana de marzo, se suspendieron todas las actividades grupales en los centros de salud. El día 14 de marzo, cuando se decretó el estado de emergencia sanitaria, estaba de guardia en el centro de salud. A partir de ese momento, nuestro trabajo comenzó a ser otro: teníamos que blindar el centro y ser accesibles desde el teléfono. Asegurar la asistencia de nuestros pacientes sin que acudiesen a nuestro lugar de trabajo. A diagnosticar, tratar y hacer seguimiento sin tener a la persona delante, sin poder tocar, oír o sentir cómo está el otro. Muy complicado. Además, entre compañeros empezamos a separarnos físicamente, a ponernos una mascarilla y desinfectar todo con lejía. Afloraban los miedos personales al contagio, al control de pacientes, al seguimiento… La primera semana fue un terremoto de protocolos, cambios de protocolos, situarnos, medidas de protección, EPIs, falta de material, falta de manejo en el material… un esfuerzo entre todos para situarnos en nuestro papel de sanitarios para cuidar a nuestra población de la mejor manera posible.

Teníamos pocos medios, escaseaban las mascarillas, los guantes, los equipos de protección individual… desde nuestra gerencia no tenían material para todos. Y ahí comenzaron los milagros. Como si de panes y peces se tratase, de la gente del pueblo comenzó a llegarnos un poco de todo: Chen, el chino del bazar, que meses atrás había vivido la dureza de la enfermedad en su propia familia en China, nos trajo mascarillas de las que vendía en su tienda. La mujer del centro de estética nos regaló también mascarillas. Los agricultores comenzaron a llevarnos equipos de protección de los que utilizaban para fumigar el campo. Pantallas de protección para la cara fabricadas por personas que disponían de una impresora 3D en su casa. Ayuntamientos de pequeños pueblecitos que nos ofrecían el presupuesto de sus fiestas patronales para comprar material de protección para nosotros… El panadero nos regaló una empanada. El de la repostería, torrijas el viernes santo. Una de las vecinas nos acercó a la guardia un flan casero… Y así, cada uno aportaba según de lo que disponía, cuidándonos para que pudiéramos cuidar.

La segunda semana empezamos a tener casos. Casos leves, con síntomas controlados en casa. Y casos más graves que teníamos que trasladar al hospital. Si algo distingue nuestro trabajo en atención primaria es que conocemos a la población. Que no son sólo un paciente más, son Rosa, Antonio, Joaquín, Nieves,… hemos estado en sus casas, conocemos a sus esposas o esposos, a sus hijos, a sus nietos. Sabemos que salen a pasear por “la taconera”, que cultivan con amor unos tomates estupendos en verano y que a menudo se “pasan” con los dulces… Por eso, cada caso, cada afectado, es como si de una pequeña parte de nuestra familia se tratase. Empezamos a llamar por teléfono para hacer seguimiento a los pacientes más leves. Cada día, vigilando que no empeorasen sus síntomas, que su estado de ánimo no flaquease y si mantenían las medidas de aislamiento recomendadas. ¡Qué duro el aislamiento! Frases como: “¿cuándo podré abrazar a mis hijas?” “yo me he aislado en mi cuarto porque tengo miedo de trasmitírselo a mi hijo”. Mucho más difícil acompañar en esta situación desde un teléfono… pero allí estábamos.

Llegaron también, como en el resto del país, las defunciones. La muerte en soledad en un hospital, sin poder despedirte de tus seres queridos, sin poder ver un rostro conocido o una sonrisa de ánimo. Y la sensación de pérdida de los que se quedan, sin una celebración de despedida, sin un adiós. Así de perdidos encontramos a la familia de Rosa. Cada día consultábamos su evolución en el hospital a través de la historia electrónica antes de llamar a su marido e hija para preguntarles cómo estaban ellos. La evolución no era nada buena, hasta que un día se unió definitivamente al Padre. Esperamos unos días para llamar a su familia y después, intentar sostener el duelo.

Sobre la tercera semana empezamos a vivir el drama de las residencias de ancianos. En una de las dos que hay en nuestra localidad, de pronto dan la alarma de que hay 7 personas con síntomas. Su médico está de baja por coronavirus y varias de sus cuidadoras tienen fiebre. Ancianos que se quedan aislados de sus familias al decretarse el confinamiento para toda la población, familias que en muchos casos son su única conexión con su historia de vida, con el mundo exterior… muchos pierden la poca memoria que les quedaba. No comprenden nada, no saben qué pasa… Se agrava la situación y prácticamente todos los ancianos están afectados. Algunos empiezan a ponerse malitos… tenemos que acudir a poner tratamientos, a valorar, a derivarles al hospital… La carga viral en la residencia es enorme, hay muchos afectados, es un lugar cerrado. Nadie quiere entrar. “Allí en medio de ellos estoy yo también” me venía a la cabeza cuando el miedo hacía mella. Y “lo que a uno de estos hacéis, a mí me lo hacéis”. Una de las médicos del centro se decide a acudir a la residencia, en su día libre tras una guardia de 24 horas, para valorar a los ancianos, abandonados desde hace unos días. Esa noche mueren dos personas allí, con su tratamiento paliativo puesto, sin dolor ni sufrimiento. Mueren dignamente.

Esta situación hace sacar lo bueno y lo malo de cada uno, se ha comentado estos días. Yo creo que hace aflorar lo profundamente humano de cada uno. El miedo apareció también entre nosotros. Sobre todo cuando dos de nuestros compañeros estuvieron afectados por la enfermedad, uno de ellos, ingresado con infección respiratoria grave, que afortunadamente se resolvió bien. Miedo por nuestras familias, por nosotros mismos, por trasmitirlo a otros… Miedo que te hace debatir entre la responsabilidad de tu trabajo y el bienestar de los tuyos. Nos han llamado héroes estos días. No somos héroes, solo personas.

Me he sentido en estos días como los discípulos de Jesús, que tras su muerte, perdida la esperanza, se encerraban por miedo a los judíos. Pero también resuena en mi ese cálido “no temáis…”, que me hace aceptar mi trabajo con entusiasmo y entrega, sin miedo, con confianza. Con la esperanza de que esto terminará y seremos un poco más fuertes, mejores. Con la esperanza de la resurrección y la pascua.

Ánimo. Todo irá bien. Ya queda menos.

 



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El Covid desde la fe

Testimonio de Ana

Diócesis de Burgos



 

 

Soy Ana, enfermera de la URPA (Unidad de Reanimación Postanestésica) del Hospital Universitario de Burgos y militante de ACG en la parroquia del Espíritu Santo de Burgos. La URPA fue el primer servicio que se transformó en UCI para atender pacientes críticos del Covid19 por su capacidad de respiradores. Se podía decir por las condiciones del lugar que trabajamos no en primera línea sino dentro del corazón del coronavirus.

Soy enfermera desde hace 39 años y nunca viví nada igual ni parecido. Mi testimonio ha ido cambiando con la evolución de la pandemia.

La primera semana recordaba a Jesús en el huerto de los Olivos diciendo: "Padre aparta de mí este Cáliz", nunca me había sentido tan incompetente, tan impotente y tan asustada para tener esa sensación de no ser capaz de seguir. Estar trabajando dentro del EPI, sin parar y sin control me llevó hasta tener una crisis de ansiedad, que me hizo salir al pasillo gritando "Dios mío ayúdame, no voy a poder con esto". Pero el abrazo de una compañera, mi profesionalidad y pensar en los enfermos me hizo volver. En casa era difícil conciliar el sueño y sufría por el riesgo de contagio a mi familia (mi marido, mi hija y mi nieta). El apoyo en la Oración fue lo que me ayudó a seguir en la lucha, estoy segura de que sin la fe y la confianza en Dios no hubiera aguantado la situación con una sonrisa.

Así, pude disfrutar de la alegría y el agradecimiento de la primera paciente que se fue de alta. Estuve al lado de una paciente que se murió, rezando y acariciándola como si fuera su familia, y hoy puedo seguir poniendo una sonrisa al enfermo que después de 20 días despierta y puede sentirse asustado por creer que se encuentra dentro de una" película de miedo" al ver el aspecto que tenemos, y que hay que explicarle lo que ha ocurrido dándole tranquilidad y la noticia de que todo va bien.

Además, tengo la satisfacción de volver a casa y encontrarme un cartel que dice "eres nuestra campeona". Yo sé que no lo soy, que solo estoy haciendo mi trabajo por vocación y amor al prójimo.

Doy gracias a los que se quedan en casa y a los que trabajan para atendernos y sobre todo le doy gracias a Dios por la energía que me da cada día.

Estoy segura de que a este virus lo venceremos TODOS JUNTOS y digo TODOS porque yo soy testigo de cómo el virus no entiende de política, de religión, ni de clases sociales. Mucha fuerza para todos y que Dios nos bendiga.

 

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El Covid desde la fe

Testimonio de Mari

Diócesis de Barcelona



 

 

Hola soy Mari acompañante de la parroquia San Miguel de Singuerlín , de Santa Coloma, en Barcelona.

Acompañaba a un pequeño grupo de jóvenes todos los jueves y a un grupo de primera comunión cada 15 días.

Cuando comenzó el aislamiento y nos quedamos en casa, empecé a echar de menos mis actividades en la parroquia y pensé que los chicos y chicas también nos echarían de menos a nosotros, así que decidí ponerme en marcha y seguir trabajando por whatsapp: el cuaderno de vida con el grupito de los jueves, incluso hemos hecho videollamada con la complicidad de las madres, les dimos una gran alegría a los jóvenes. A los papás de primera Comunión les envíe el desarrollo de la clase tal como yo la hubiera hecho en la parroquia. Como siempre empezamos poniéndonos en presencia del Señor, en segundo lugar trabajar el tema, después una dinámica y una canción. Todos los papás agradecieron la iniciativa y la disfrutaron ellos también.

No saben que la agradecida era yo. Comenté la iniciativa con algún otro acompañante y catequista y a raíz de nuestra conversación se animaron a trabajar ellos también con los niños.

Llego Semana Santa; no podía dejarla pasar de largo. Comenzamos a hacer palmas de papel, cartulina, cada uno con lo que tenía por casa y creo que ha sido el mejor Domingo de Ramos de la historia.Después hicimos un móvil con los 5 salmos de la Semana. Los animé a hacer la Mona (pastel típico de Pascua que hacemos en Catalunya) y los huevos de Pascua. Pensé :"que mejor manera de llevar a Dios a los hogares de todos, que estar en compañía y armonía familiar" siempre desde el amor y la fe.

Así la catequesis sigue viva y activa, las familias incluso se implican más y nos estamos conociendo mejor, pues se desahogan explicando sus vivencias en esta situación.

Una mamá, por ejemplo, tiene cuatro familiares enfermos en su país y no tienen posibilidades para conseguir oxígeno y me decía , palabras textuales: "tengo una pena inmensa de impotencia que no puedo ayudar desde aquí". Así que nos unimos en oración en la Iglesia Mayor – la central de Santa Coloma- todos los días por facebook para pedir por los enfermos.

Y esto no termina aquí, seguiremos animando, ayudando, acompañando y pidiendo a Dios que me ilumine para que nuestra Iglesia siga creciendo firme y fuerte. Sé que soy un pequeño eslabón de esta gran familia de Acción Católica General, pero este eslabón quiere ser fuerte y no decaer para ayudar, dentro de mis posibilidades, a los demàs. Que Dios nos de fuerza, salud y Fe para superar este virus.

Por cierto la dinámica de catequesis fue: ¿sabes la creación más hermosa que Dios creó y a la que más ama?....pues miraros en un espejo y veréis la respuesta.

Un abrazo a todos y que Dios nos ayude.

 

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El Covid desde la fe

Testimonio de José Antonio Cano

Consiliario nacional de ACG



 
 
 

 

En primer lugar decir que era una situación que no esperaba, a pesar de llevar algunos días de no encontrarme muy bien. Como otros muchos, afectados por el Covid-19 sentía cierta fatiga, pérdida del gusto y el olfato, y algo de fiebre. Todo esto lo fui llevando, recluido en casa, pero la tarde del 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, (no se me olvidará la fecha, como a San Juan, cuando dice en su Evangelio que serían las cuatro de la tarde cuando encontraron a Jesús), cuando sintiendo que la fiebre me había subido, decidí ir a urgencias al hospital, allí me hicieron radiografías, me tomaron la tensión, la fiebre, el oxígeno y automáticamente me ingresaron.

He de confesar que ese momento para mí fue totalmente desconcertante, pues rápidamente me ingresaron en una sala tipo UCI, habilitada para los enfermos del Covid-19 y, una vez en la cama, unas ocho personas se abalanzaron sobre mí, unas en un brazo sacándome sangre, otras en el otro poniéndome un gotero, otras, rápidamente haciéndome un electro, otras haciéndome el test del virus y yo por más que pedía alguna explicación nadie me decía nada, fue el momento de estar rodeado de gente y sentir la más absoluta soledad, “ya vendrá la doctora a decirle”, me repetían una y otra vez, cuando yo preguntaba que estaba pasando.

Por fin pude hacer una llamada a mi familia para decirle que me quedaba ingresado y de alguna manera tranquilizarles, aunque no creo que sirviera de mucho.

Ya en la noche, después que la doctora vino y me dijo la situación, me subieron a una habitación totalmente solo, ¿solo? En la habitación únicamente estaba yo, en la cama, y un sillón vacío. No podía dejar de mirarlo y desear una y otra vez que hubiese alguien ahí sentado para paliar esa situación de indefensión total. Contemplándolo una y otra vez pasaban por mi mente las situaciones de tantas personas solas, abandonadas, descartadas, no podía dejar de pensar en tantos “crucificados” actuales. Y fue entones cuando empecé a sentir un extraño consuelo y una certeza: el sillón no está vacío. Es el Señor Jesús, el que de nuevo vino a mi encuentro para confortar en esa soledad y sufrimiento, sentía la necesidad de tender mi mano hacia el sillón ¿vacío?, pero no era necesario, ya Alguien había puesto la suya sobre mí.

Esos días en el hospital fueron los días donde yo, especialmente, pude tomar conciencia de mi propia fragilidad, mi propia vulnerabilidad. Una persona llena de vida, con proyectos, con planes a corto, medio y largo plazo y de pronto… se desmorona todo. No soy dueño de mi vida. La vida, que como don, gratis se me ha dado, ahora más que nunca está en las manos de Dios.

Viví sentimientos entremezclados por un lado miedo y por otro confianza. Por un lado vulnerabilidad, pero por otro fortaleza. Con la cabeza sentía y con el corazón pensaba.

Intentaba ver las noticias pero no podía. Eran los días en que los contagiados y muertos iban en aumento y cada vez que oía alguna noticia así, me golpeaba y confieso que tenía miedo a hundirme, y eso a pesar de que las pruebas que cada día me iban haciendo iban bien.

Mis pensamientos primeros se dirigían siempre hacia mi familia, y enseguida el deseo de unir ese sufrimiento al de tantos otros, muchos de ellos, en peores circunstancias que yo y a tantas familias que estaban sufriendo esa situación.

Las enfermeras que me atendían intentaban mostrar la mayor cercanía posible, aunque ya se sabe, que desde la distancia física. Cuánto necesitamos en estos momentos una caricia, un abrazo, un beso… pero al menos encontraba la palabra reconfortante y de ánimo de quien me cuidaba.

Después de cuatro días me dieron el alta hospitalaria, y salía con otras ganas de vivir y con otra disposición para afrontar la vida. ¿Planes, proyectos…? Sí, pero con la absoluta seguridad de que no soy dueño de mi vida, que mi vida está en manos de Dios.

Y no menos significativa fue mi salida del hospital. Tenía que volver a casa de mis padres, donde me encontraba al comenzar el confinamiento, pero al ser ellos mayores, era un riesgo volver allí. Y es, entonces, cuando una familia amiga se ofrece a acogerme en su casa para llevar a cabo el aislamiento necesario tras mi salida del hospital. Nunca como en ese momento entendí yo el Evangelio de Jesús descansando en casa de Lázaro, Marta y María, a pesar de los inconvenientes o perjuicios que esto pudiese producir. Si el huésped, como dice San Benito, es Cristo, como Cristo, acogido me sentí y se que esta familia, como a Cristo, me acogieron.

Entrevistade José Antonio Cano en Religión en Libertad: Ir al artículo

 

 



El Covid desde la fe

Testimonio de Cristina Losa

Fisioterapeuta una residencia de mayores - Diócesis de Barcelona



 

Hace días que me propusisteis dar mi testimonio. Llevo días intentándolo. Dándole vueltas.
Creo que lo importante no es lo que he vivido, sino lo que he descubierto, lo que Dios me ha dicho a través de todo lo vivido.
Sé que aún estoy lejos de todo lo que debo aprender. Dejar que todo lo vivido vaya empapando a cada uno de nosotros para que, poco a poco,
Dios vaya haciendo de nosotros la persona que Él sabe que podemos ser.
Trabajo en una residencia de gente mayor.
Una residencia que habitualmente tiene mucha vida, mucho movimiento, mezcla entre las diferentes plantas, entre residentes, familias, voluntarios y trabajadores. Una residencia donde se respira calorcillo, pero con limitación de espacio: habitaciones dobles, pequeñas, lavabos adaptados compartidos. Es la realidad del mundo residencial, que durante muchos años hemos ido construyendo así. Como sociedad no hemos destinado recursos para que sea diferente.
En febrero yo era de las persones que creía que el virus acabaría llegando. En este mundo globalizado es imposible controlarlo todo. Pero era de las que creía que el COVI se comportaba como una gripe, o poco más.
Cuando el 10 de marzo llegó la notificación de no hacer ninguna actividad con voluntarios ni con grupos amplios de residentes, de golpe me di cuenta de que la cosa era más seria. Y cuando al cabo de un par de días hicimos los trámites habituales para derivar una persona al hospital, como siempre que empeoraba su enfermedad de base, y nos dijeron que esta vez no sabían si podría ir al Hospital, entonces me di cuenta de la gravedad, no tanto de la enfermedad, sino de la fragilidad de nuestro sistema sanitario. De la enfermedad me daría cuenta más tarde.
Esto me hizo tener muy presente la realidad de África y otros lugares con desigualdades, donde las enfermedades matan, no porqué el mundo no conozca el remedio, sino porqué allí no existen los recursos. Sensación de que en este mundo no sabemos priorizar lo prioritario, y que hay vidas que valen más que otras.
Fue entonces, también, cuando llegó la notificación del cierre total de las residencias. Los residentes no tendrían ya las visitas ni el acompañamiento de sus familiares.
Empezó entonces también la sensación de que aquello era una bomba. Nunca lo había pensado para otras enfermedades como la gripe. Tenía miedo de ser el vector transmisor. Te das cuenta, de repente, que tu puedes ser vehículo de muerte. Y pensaba en cuantas veces mis palabras y mis actitudes también lo son. Miedo de llevar muerte y no vida. Sentirte responsable de la vida de los demás.
Miedo a ser una bomba para los residentes, pero, rápidamente, miedo a ser una bomba para cualquier persona con la que tuviera contacto: cruzármela por la calle, tiendas…sentir la suerte de vivir sola…Miedo porqué enseguida nos dimos cuenta de que el COVID hacía muchos días que convivía con nosotros, había compartido nuestra vida normal.
Durante los primeros días de confinamiento empezaron nuestros gritos de alerta, nuestras demandas de ayuda. De golpe teníamos un montón de febrículas que no considerábamos normales. Empezaba nuestra pesadilla.
La sensación de vergüenza, de culpabilidad…la sensación de impotencia, sentirse perdida, la soledad ante la magnitud de lo que estaba llegando...desesperación, dolor, angustia...sensación de que esto se nos comía y que no podríamos salvar a nadie.
Pero también vivencia de equipo, de lucha común, de búsqueda de soluciones…no quedarnos parados. Gritar hacia fuera y actuar dentro.
Y en medio de esta desesperación no podía rezar. Sólo era capaz de escuchar cantos de Taizé...ni cantarlos, solo escucharlos. Era mi ruido de fondo los ratos que estaba en casa.
Y de repente, un día, en medio de Taizé, empezar a llorar…y con este llanto empecé a rehacerme. Empezar a comer, a dormir, a leer el Evangelio.
Y cuando la residencia se queda sin equipo sanitario, sin el medico, sin ninguna enfermera, las palabras de Jesús al invalido de la piscina de Betsaida: “Levántate, toma tu litera y anda”. Levántate, toma tu desesperación, tu angustia, tu dolor, tu soledad, tu inexperiencia, tu ignorancia, tu inseguridad ...y camina…camina…camina por ellos.
Y en este andar llega un día en que nos imagino abrazándonos. Equipo y residente. Abrazándonos y llorando. Llorando por todo el dolor vivido, por todas las personas que ya no están y por las que estamos, y por la alegría de haber llegado al final de esta pesadilla.
Y es cuando me doy cuenta de que, hasta entonces, había perdido la esperanza. Esperanza reencontrada. Semilla de Pascua.
Andar y andar…afortunadamente, ahora todo ya algo más estable.
Al final nos hacen las pruebas a los trabajadores de residencias. Y soy positiva. Positiva asintomática. Ahora, aislada en casa. Experiencia de confinamiento
Muy consciente, Señor, de tu presencia todos estos días. Muy consciente que Tu y la oración y los pensamientos de los que me quieren me han sostenido. No ha sido como otras veces, un sentirlo a flor de piel, es una certeza profunda…Gracias....
Y durante todo este tiempo, muy presente África, la situación que viven desde hace muchas décadas...y los refugiados…la admiración hacia los que trabajan con ellos, y la consciencia de que para hacerlo no les mueve la injusticia o la rabia, solo el amor que tienes por los que cuidas…” En nuestra oscuridad enciende la llama de tu amor, Señor”. Hoy, estas palabras, encuentran más sentido que nunca: el amor. Fuente imprescindible para moverte en la oscuridad. En la pesadilla de la residencia es el amor por los residentes y por los equipos lo que te mueve. Es el amor de los demás hacia ti lo que te sostiene y reconforta.
Y para amar, la importancia de poner nombre y rostro a las cifras. “¿por qué me has visto has creído? ¡Felices los que creerán sin haber visto!” . Señor, haz que los números nos toquen el corazón. En este mundo globalizado no podemos poner nombre y rostro a todos los sufrimientos. Haznos capaces de amarlos. Haznos también capaces de descubrir el sufrimiento de los que tenemos a nuestro lado.
Y durante este tiempo de pesadilla, la sensación de lejanía y de incomprensión de los confinados hacia lo que yo estaba viviendo. Pero también la imposibilidad de ponerme en su lugar. Vivencias y preocupaciones totalmente diferentes. Aprender a no juzgarlas. Aprender a acompañarnos.
Tomar conciencia de la importancia de la comunidad, de la sociedad. La liberación no se puede conseguir solo. Nos necesitamos todos, cada uno en su papel, en el lugar que nos corresponde a cada momento. En Éxodo 12 (liberación de Egipto), Dios pide una acción conjunta, organizada, desde el compartir. No es una liberación individual, sino coordinándose y compartiendo, teniendo en cuenta los recursos, a los demás. Y no es fácil pasar este trance...comerlo con hierbas amargas…pero al final, la liberación.
Y en todo este camino, Tu presencia…” no tengáis miedo. Id a Galilea y ahí me veréis”. Con el convencimiento de que has estado y de que estás…
   En cada uno de los residentes que ya no están
   En cada uno de los residentes que aún están
   En cada trabajador que vences su dolor y da todo el cariño del que es capaz a aquellos que cuida.
   En cada lágrima llorada
   En cada familia que llora, agradece y anima
   En cada gesto del equipo
   En cada gesto de preocupación por el otro
   En cada persona que sigue al pie del cañón
   En cada sonrisa
   En las miradas
   En cada videollamada
   En cada persona de fuera que nos ha acompañado, orientado, asesorado, que ha caminado con nosotros
   En cada donación de gente del barrio, entidades...
   En el vecino que deja una nota en el ascensor ofreciendo su ayuda a quien lo necesite
   En cada oración preparada y compartida en los grupos de whatsapp
   En cada reflexión, documento y testimonio compartido
   En cada llamada y palabra de preocupación, de ánimo y de consuelo
   En cada ofrecimiento para hacerme la compra, en cada nota que acompaña la compra...
Gracias por tanta riqueza de Tu presencia.
Pero, sobre todo, los residentes, tu imagen en esta Semana Santa. Los rechazados por esta sociedad, deslumbrada por la juventud. En tu figura “desfigurada, acostumbrada al dolor” ...los veo a ellos. A los que nadie quiere mirar...soportando las consecuencias de nuestras decisiones como sociedad. Estos cuerpos desfigurados, acostumbrados al dolor, sufriendo la distancia de sus familias, algunos sin comprender nada, otros conscientes y sabiendo que sus compañeros ya han caído y que ellos pueden también irse...trasladándolos de habitación en habitación con una bolsita como única pertenencia…confinados en las habitaciones, sin sus recuerdos, cuidados por gente desconocida que viste de forma extraña…dejándose cuidar, confiando en nosotros.
Síntesis de los sufrimientos del mundo...imagen de los refugiados...Tu imagen.
La dureza de no poder tocar, de no poder consolar con un abrazo...ni a equipos, ni a residentes, ni a familiares…no poder estar ni, como María, al pie de Tu cruz. Y las palabras de una amiga: orar para que en esta soledad sientan el abrazo de Dios. De tal manera que lo puedan comprender, que sea un consuelo para ellos. Gracias porque sé que has estado y estás.
Durante este mes, Señor, me lo has hecho vivir todo: la “trinchera”, el confinamiento, la pérdida en la residencia, la pérdida como familiar…Gracias por habernos creado a Tu imagen, capaces de llorar de preocuparnos por los demás, de rehacernos, de tener esperanza, de caminar…Gracias porque te sé acompañándonos siempre. Incluso has dado sentido a mi confinamiento: Trabajo de humildad y poder participar en un ensayo clínico. Y hoy han dado el alta al compañero que lleva peor el confinamiento. Gracias porque pides a cada uno lo que podemos dar. Gracias por cuidarnos. Aprender a confiar en Tí....
Porqué la vida sigue. Un patio vació, en silencio…un pasillo con sillas vacías...antes lleno de niños y mayores, ruido y vida compartida. Ahora, nada. Silencio. La dureza del vacío. Pero en este vacío la vida sigue: las plantas que ningún residente cuida, empiezan a florecer. La primavera nos sorprende en este invierno tan oscuro. La naturaleza sigue, la vida sigue, el mundo sigue…un regalo de vida que nos recuerda que todo puede volver a florecer, a estallar en mil colores y aromas, a crear un jardín mejor que el anterior.
Gracias por llenarnos de esperanza.

 

 

 



El Covid desde la fe

Testimonio de Juanjo Vivo Molina

Enfermero - Diócesis de Cartagena



 
 
 

 

Hola, me gustaría compartir un testimonio de presencia de la Iglesia en el acompañamiento de aquellos que tienen poco o nada, y de los que pocos se acuerdan en estos difíciles tiempos. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados” Mt 5,4

Me llamo Juanjo, soy de Murcia y soy enfermero. Trabajo en un servicio de urgencias extrahospitalarias , con lo que mi contacto con el COVID19 ha sido, en algunos momentos, más que cercano y estresante.

Siempre he dicho que si hay un trabajo que te acerca de verdad a las realidades de una persona, ese es el nuestro, el de enfermería en particular y el de sanitarios en general. Cuando nos llaman, nos presentamos ante personas sin maquillajes, en sus casas tal y como son; las visitas de urgencias no dejan margen para retoques. En situaciones de tensión somos testigos del tipo de relaciones entre los propios miembros de las familias, de la soledad de muchas personas, del tipo de alimentación, de los estilos de vida, de sus recursos y también de sus carencias; porque incluso a pesar de ser intervenciones puntuales, muchas personas abren su corazón y expresan sus miedos, sus creencias, sus necesidades...y también, a veces, sus iras y desahogos.

Pero hablar de mi experiencia laboral en esta crisis me llevaría demasiado espacio: muchas anécdotas, traslados complicados en ambulancia hasta la UCI, experiencias asfixiantes metidos en EPIS que ni te dejan respirar ni ver, numerosas personas inmersas en los macabros números de esta cruel tragedia, familias rotas, etc...

Aun así, he de añadir que mi fe compartida a diario con mi familia, especialmente con Mari Carmen, y la cercanía de la Eucaristía a través de redes sociales, son el vehículo que me ha lleva cada día con una sonrisa y sin miedo a mi puesto de trabajo.
“Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor” Salmo 39

Cuando escribo al principio que mi testimonio es de la presencia de la Iglesia, quiero referirme a todos los voluntarios de Cáritas de El Palmar que, desde el minuto cero, se han volcado en dar una respuesta rápida a las situaciones que parecía que iban a aparecer ...y que al final aparecieron.

La oración es el sustento de toda acción y esta tarea queda encomendada de manera más especial a aquellos compañeros que, por edad o por motivos de salud, tienen que quedarse en casa. Hemos sentido su aliento en cada palet de alimentos descargado, en cada lote de comida entregado, en los innumerables viajes para repartir alimentos en casas, en los ratos de limpieza del local...
“Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha” Salmo 33. Y Él no nos ha dejado ni un solo segundo solos.

Finalmente, quedamos 4 voluntarios para intentar llevar a cabo la tarea en que todo se ha multiplicado por 3: número de familias que atendemos semanalmente, cantidad de comida que repartimos, número de horas dedicadas cada día e incluso el número de días a la semana.

Lo más duro, sin lugar a dudas, es el reparto, y para ello contamos con la ayuda de personas que, de manera desinteresada, se han presentado voluntariamente aliviando enormemente esta tarea con su inestimable esfuerzo. “Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis” Mt 10,7-15

A pesar de que más y más papeles inundan el despacho, intentamos identificar en cada nombre impreso el drama que nos va a tocar enfrentar, porque al final les ponemos cara a los expedientes a pesar de esconderse tras mascarillas de elaboración casera. Y nos hablan de la vida, de sus vidas; y nos muestran de cerca como el miedo a la enfermedad está metido en el cuerpo, pero la necesidad les hace salir y desafiar las medidas impuestas porque, la incertidumbre de una nevera casi vacía y las pocas opciones de obtener ingresos en tiempos de recortes, te dejan pocas alternativas cuando tienes bocas que alimentar. Y Cáritas siempre asume estos retos.
“Donde quiera que estén dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mt 18,20

Intentamos multiplicar panes y peces para esta multitud y gracias a la generosidad de muchas personas y empresas lo vamos logrando.

A veces toca buscar herramientas para que ningún niño pueda dejar de recibir las clases desde su casa recogiendo tablets y portátiles viejos; otras un mueble, un colchón; y, casi siempre información de ofertas de trabajo que nos llega, sobre todo, desde el sector del campo.

Es el momento de ponerse el mono (con mascarilla y pantalla protectora) y trabajar. Ya llegarán las revisiones y correcciones cuando todo esto pase, y las felicitaciones y tirones de oreja, porque antes o después, esto será historia y habrá que evaluar.

De momento esperamos pacientes y expectantes, confiando en el que nos envía.
“Con confianza podemos decir: El Señor es mi auxilio; no temeré” Hb 13, 6

Al final de la tarea llegas a casa, dejas el calzado fuera, metes la ropa en la lavadora (al menos una hora, al menos a 60º) y te duchas. Luego evitas besar y abrazar a tus hijos y a tu pareja, aunque estás deseando.

Y cada día en familia damos gracias al Padre por hacerse tan presente en nuestras vidas y mantenernos un día más a salvo.
“¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”  Salmo 115 

 

 

 



Testimonio sobre el Congreso de Laicos

Jornadas de Apostolado Seglar de la diócesis de Ciudad Rodrigo



Nuestra presidente, Eva Fernández y el responsable de jóvenes, Fran Ramírez, comparten su testimonio sobre el Congreso de Laicos en las Jornadas de Apostolado Seglar de la diócesis de Ciudad Rodrigo.

 

 
 
 

 

 



Inma López nos habla del laicado cristiano

Entrevista en ‘El Espejo’ de la Cadena Cope el sábado 6 de junio de 2020



 

 

 
 

 

 



Webinar  AÑO LAUDATO SI’ organizado por el FIAC

30 países hemos participado en este webinar organizado el por Foro Internacional de Acción Católica



Fraternidad universal y Política con P mayúscula fue el título entorno al que reflexionamos de la mano de Mons. Salvator Niciteretse Obispo de Bururi (Burundi) – coordinador FIAC ÁFRICA y del laico Emilio Inzaurraga Presidente de la Comisión Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina y coordinador del FIAC AMERICA.

Es necesario un retorno a los valores y principios universales al servicio de una humanidad fraternal, pacífica y reconciliada afirmó Mons. Salvator Niciteretse, mientras que Emilio Inzaurraga apuntó como la dimensión social y política (con P mayúscula) está en nuestro propio ADN, es una dimensión “esencial e ineludible”.

Somos todos partes de un pueblo, peregrino en la historia, apuntó Emilio Inzaurraga, la dimensión social y política (con P mayúscula) está en nuestro propio ADN, es una dimensión “esencial e ineludible”. La vocación política al servicio de la comunidad, es necesaria. Hoy más que nunca, LAUDATO SI se nos ofrece como una hoja de ruta que ilumina, orienta, congrega, como un proyecto estratégico para toda la humanidad, para cada país, para nosotros, para hoy.

El futuro nos exige nuevas respuestas. Otro mundo es posible si estamos dispuestos a retomar el camino de un humanismo basado en la fraternidad y la solidaridad. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral nos ha recordado a todos que “esta crisis es una oportunidad única para transformar la destrucción que nos rodea en una nueva forma de vivir”. El Programa destaca que “la urgencia de la situación requiere respuestas inmediatas, holísticas y unificadas en todos los niveles: local, regional, nacional e internacional”.

Finalizó con algunas recomendaciones:

Acompañar a los miembros que hacen opciones de participación social y política. Mantenerlos vinculados a la comunidad. No juzgarlos. Acercarles propuestas. Animarlos en la tarea. Ofrecer espacios de reflexión y de oración. Aquilatar su experiencia para seguir suscitando vocaciones laicales maduras y corresponsables.

Evitar el “siempre se ha hecho así”. Buscar sin desanimarnos los puntos de encuentro entre la declaración de principios y las posibles opciones concretas.

Juzgar lo que sucede en la escena pública sin prejuicios partidistas, pero también sin prestar atención a aquellos que desean “que releguemos la religión a la intimidad”

Cuando salgamos de la Pandemia… el Papa Francisco nos recuerda…Se sale mejores o peores….

Hace falta liderazgo con vocación de servicio, de inspiración cristiana, en todos los ámbitos, especialmente en la política.

Se sale o mejor o peor, no se sale igual…. Y nos pregunta ¿Cómo quieren salir ustedes? ….

 

Mons. Salvator Niciteretse por su parte apostó a la solidaridad entre los pueblos y no a la desunión para la protección del medio ambiente y la humanidad.

Apuntó algunas observaciones sobre los grandes desafíos que impiden el florecimiento de la fraternidad local y universal como la necesidad de conocer los orígenes de los conflictos. Destacó los factores relacionados con la degeneración ética y cultural y factores relacionados con la globalización: muchos países africanos fueron y siguen siendo un satélite o una rama de las potencias extranjeras en el mundo global.

Es necesario un retorno a los valores y principios universales al servicio de una humanidad fraternal, pacífica y reconciliada. Más que nunca, es preciso concienciar a la gente de la primacía de la persona humana sobre las cosas y los poderes a través de la formación de las conciencias.

Año especial del aniversario 24 de Laudato si’ de mayo 2020-2021. PROPUESTAS DEL FIAC

 



Ejercicios espirituales para sacerdotes. Diócesis de Valencia

Del domingo 23 al viernes 28 de agosto de 2020, ha tenido lugar una tanda de Ejercicios Espirituales para sacerdotes.



 

 
 

Del domingo 23 al viernes 28 de agosto de 2020, y organizados por Acción Católica General de Valencia, ha tenido lugar una tanda de Ejercicios Espirituales en la Casa de Ejercicios Verbum Dei (Siete Aguas – Valencia). Han participado quince sacerdotes y seminaristas, tanto de nuestra diócesis como de otras diócesis españolas.

Los Ejercicios han estado dirigidos por Mons. Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, y el tema ha sido: “Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos (Jn 17, 26)”. Como él mismo indicó al comienzo: “La realidad que vivimos nos plantea interrogantes: vamos a un tiempo nuevo que nos exige crear. Los Ejercicios son un proceso en el que queremos estar abiertos y experimentar la acción del Espíritu Santo.”

Los Ejercicios se han desarrollado en completo silencio. Además de la oración litúrgica y la celebración de la Eucaristía, Mons. Arturo Ros ha ofrecido cada día dos breves meditaciones para desarrollar el objetivo de estos días, basándose en “Evangelii gaudium” 35, “donde se nos recuerda la necesidad de ir a lo esencial, que es lo más bello, grande, atractivo… y lo más necesario”, señaló.

 

Juan Manuel Llopis, consiliario diocesano de ACG.

 

 



El beato Manuel Lozano Garrido “Lolo”, un joven de Acción Católica enamorado de Cristo.

El pasado 6 de septiembre, se cumplieron 100 años del bautismo del beato Lolo, por ese motivo Jaén, su diócesis, ha querido dedicar un año al centenario de su nacimiento. 



 

 
 

Las personas que formamos parte de la Comisión Permanente de Acción Católica General hemos querido iniciar el curso con una peregrinación por los lugares que transitó el beato Lolo y encomendar la asociación en sus andanzas de este 2020. Para ello nos han acompañado nuestras familias.

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo (1920-1971)

Manuel Lozano Garrido, Lolo es un hombre de perfiles que no de aristas. Un hombre que supo encontrar en la cruz la gracia para vivir una existencia plena y aferrado a la esperanza, trazó páginas cargadas de fe. Periodista, escritor, poeta. Pero Lolo también fue Tarsicio, enfermo apóstol, acompañante, peregrino, adorador eucarístico, fiel devoto de la Virgen, amigo, hermano… La Eucaristía lo alimentaba, el don de la comunicación lo llevo a conocer el mundo sin salir de una habitación en una pequeña vivienda de su Linares natal. Su vida sencilla y extraordinaria, vivida desde la alegría, lo convirtió en un “santo de la puerta de al lado”.

En medio del dolor primero en sillas de ruedas a causa de una enfermedad degenerativa y después ciego, escribió más de trescientos artículos periodísticos y nueve libros en los que supo irradiar el amor a Dios y ganar corazones para Cristo con su alegría serena y su fe inquebrantable.

Es el único seglar no mártir beatificado en España desde s. XVII.

 

 



Visita al cardenal Juan José Omella

La comisión permanente de la ACG acudió al palacio episcopal de Barcelona el pasado viernes, 2 de octubre de 2020.



 

 
 

«Anunciar Jesucristo con obras y palabras». Este es el lema del próximo Encuentro de laicos que Acción Católica General tiene previsto celebrar en Barcelona del 22 al 25 de julio del 2021, convocando a laicos de las parroquias de todas las edades: niños, jóvenes y adultos.

Por eso del 30 de septiembre al 2 de octubre la Comisión Permanente ha viajado a Barcelona; juntamente con los miembros del Acción Católica General de la archidiócesis, que han aceptado con ilusión la preparación de este Encuentro, han iniciado el camino que tiene como punto de llegada el encuentro.

Los miembros de la Comisión Diocesana de Barcelona y los de la Comisión Permanente se reunieron con el cardenal Juan José Omella y con los obispos auxiliares para compartir este proyecto que responde a la identidad de Acción Católica General: asociar los laicos de las comunidades parroquiales para recorrer un camino de fe desde la infancia hasta la vida adulta, que arraigue la vida en Jesucristo, y que ayude a consolidar nuevos testimonios en el mundo: todo desde la parroquia y para ayudar a hacer de nuestras parroquias, parroquias «en salida». El cardenal Omella recordó que Joan Roig Diggle, que será beatificado el próximo 7 de noviembre, fue un joven de la Federación de Jóvenes Cristianos (la Acción Católica de aquel momento), y les animó a ir construyendo una Acción Católica General amplia en la que tenga cabida la pluralidad de la vida parroquial.

 

 



Mons. Casimiro Llorente en la asamblea de la diócesis de Segorbe-Castellón

Asamblea de inicio de curso de la Acción Católica General de Segorbe-Castellón.



 

 
 

El pasado sábado 3 de octubre tuvimos nuestra asamblea de inicio de curso, con todas las medidas de seguridad que en estos momentos son necesarias, dimos comienzo a las 9:30h con la acogida y a continuación la Celebración Eucarística, fue muy emocionante, pues después de tantos meses y con tanta incertidumbre, podíamos volver a juntarnos, estuvimos acompañados por nuestro Obispo D. Casimiro Llorente, quien tuvo palabras muy cercanas y cariñosas, nos anima a seguir caminando, haciéndonos saber que tiene esperanza en la Acción Católica General, también tuvo palabras de ánimo para las nuevas incorporaciones que se hicieron, pues uno de los puntos de la asamblea era la votación del presidente y del secretario, el presidente saliente, Javier Vicente, nos explica como votar a la nueva presidenta, cuya candidata era Mamen Salvador, se procedió a la votación y fue elegida por unanimidad, seguidamente pasamos a la elección de la nueva secretaría, Inmaculada Jiménez, las dos nuevas incorporaciones tuvieron palabras muy emotivas y de agradecimiento a la ACG. Seguidamente tuvimos un descanso y retomamos para hacer revisión de la programación del curso y trabajo por grupos Dimos por finalizada la asamblea a las 13h con una Oración.

 

 

 
 



Acción Católica General presenta su  proyecto para la diócesis de Guadix

El 13 y 14 de octubre, presentamos el proyecto en Guadix, donde se busca constuir "Equipos de Vida" en las parroquias.



 

 
 
 

Fuimos invitados por la Delegación de Apostolado Seglar, Maika Forniles, la diócesis busca "constuir "Equipos de Vida" en las parroquias, estableciendo una propuesta estable de apostolado cultivado a través de la formación en las tres dimensiones de la fe: oración, celebración, revisión de vida y conocimiento de los elementos de nuestra fe"

Dentro del Plan Pastoral para este curso, la diócesis de Guadix quiere «proponer e impulsar» la pertenencia a Acción Católica General en sus parroquias, y así articular «los procesos de formación y de implicación de los seglares en la Iglesia y en el mundo», según el obispado. Para ello, hasta allí nos desplazamos el 13 y 14 de octubre, la presidenta nacional, Eva Fernández Mateo, los responsables de juventud y adultos, y el consiliario nacional, José Antonio Cano Cano.


Al acto fue celebrado en el Centro Diocesano de Espiritualidad en dos días. En la tarde hubo un nutrido grupo de seglares y al día siguiente, dentro de la formación para el clero se presentó a los sacerdotes de la diócesis.

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Acción Católica General se constituye en la Diócesis de Jaén

Esperanzados, ilusionados, agradecidos, enamorados. Constitución de Acción Católica General en Jaén.



 

En tiempos tan difíciles como los que nos están tocando vivir, ¿Quién dice que no hay sitio para la esperanza, la ilusión, el agradecimiento, el amor?

Esperanzados, es como nos sentimos el pasado 24 de octubre cuando celebramos la Asamblea de constitución de Acción Católica General de Jaén, pues, incluso a través de los medios digitales, nos llegó la fuerza de otras muchas personas deseosas de que la ACG en Jaén sea una hermosa realidad.

Ilusionados, ante el camino que se vislumbra, que como un precioso sendero entre montañas, no es fácil de recorrer, pero la belleza de lo que podremos contemplar y vivir mientras caminamos, compensa todas las dificultades.

Agradecidos por no sentirnos solos, por ver que otros muchos recorren ese camino delante de nosotros, por sentir el aliento del Espíritu que nos ayuda a cada paso, por haber discernido que hay muchas personas que necesitan de nosotros para conocer a Jesús.

Enamorados de Jesucristo Resucitado; enamorados de su Evangelio; sintiendo amor por nuestros hermanos; dispuestos a dejarnos todo nuestro ser en servirlos como bien nos enseñó Jesús.

Esperanzados, ilusionados, agradecidos, enamorados… así nos sentimos los miembros de la Comisión Gestora Diocesana de ACG Jaén en este inicio del camino. Llevábamos un tiempo preparándonos para echarnos al camino, y ya hemos dado el importantísimo paso de cruzar la línea de salida. Orar por nosotros, seguro que así nos será más fácil todo.

 

José Ibáñez Muñoz
Presidente Comisión Gestora Diocesana Jaén

 



Iglesia esperanzada. Consiliarios de Mérida-Badajoz

Los consiliarios diocesanos de ACG Mérida-Badajoz, han aportando nuestras ideas al proyecto del Plan Pastoral Diocesano 2021-2024.



 

 
 
 

El virus este no nos tiene que parar ni quitar las ganas de seguir siendo Iglesia esperanzanda, y es lo que hemos hecho el pasado lunes los consiliarios diocesanos de Acg Mérida-Badajoz, aportando nuestras ideas al proyecto del Plan Pastoral Diocesano 2021-2024. Lo hicimos online, debido a las restricciones que tenemos en la comunidad y, más en concreto, con lo que estamos viviendo en los pueblos y ciudades donde estamos (es grande compartir inquietudes y esperanzas, aunque sea por ZOOM).

En nuestra diócesis andamos inmersos en la preparación del próximo PLAN PASTORAL DIOCESANO (se está haciendo sinodal, donde laicos, religiosos y sacerdotes hemos de aportar para enriquecernos mucho más) y creemos que, desde el grupo de consiliarios de ACG, hemos de plasmar nuestras inquietudes en este proyecto para que la ACG se consolide aún más en nuestra diócesis.

En la foto somos todos los que estamos, pero no estamos todos los que somos. Un verdadero regalo, de verdad.



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Presentación de los materiales "Haciendo camino" para jóvenes

Presentación el 30 de noviembre a las 17:30 h., vía Zoom, de los materiales para jóvenes "Haciendo camino" .



"Un material para hacer parroquia y crear comunidad de manera viva, dinámica y joven"

¿Qué es?

Es un material para el acompañamiento en la fe de los jóvenes de parroquia y demás realidades pastorales, de forma participativa, fresca, moderna y con contenido.
Es un itinerario pensado para grupos-equipos de jóvenes que tengan un cierto sentimiento de comunidad y de su “ser cristiano”.

Toda la Iglesia habla de la importancia de posibilitar procesos para los jóvenes en su camino de amistad con Cristo. Por ello, si queremos una juventud entregada, alegre, esperanzada, llena de vida y moderna pero también que conozca a Jesucristo, que lleve su fe a la vida transformando su realidad, que viva la formación como algo dinámico, participativo y en torno al diálogo, este material te será enormemente útil.

Destinatarios

Equipos de vida de jóvenes de parroquia que ya hayan experimentado cierta experiencia de fe y la vivencia de Jesucristo en torno a un grupo-comunidad (Este material se recomienda para jóvenes a partir de 18 años y que tengan un acompañante formado a su lado).

¿Cómo lo adquiero?

En esta web, en el siguiente enlace:

 PETICIÓN DE MATERIALES

o llamando al 915311323.

Existe una promoción para delegados y responsables de movimientos/congregaciones/asociaciones a nivel nacional.

Nota importante: Lo importante es dotar de este instrumento a quien lo necesite. Si el coste del itinerario es un problema no dudes en contactar con nosotros.

Presentación online.

Por todo ello, la Subcomisión de Juventud e Infancia invita a todos los delegados/as, y agentes de pastoral juvenil del país, a la PRESENTACIÓN ONLINE (vía Zoom) de HACIENDO CAMINO.

La celebraremos el lunes 30 de noviembre a las 17:30 Horas.

Junto con este material también se presentará el libro "Proyectar en el Espíritu", sobre el discernimiento.

Para asistir a la presentación o solicitar información de los materiales inscríbete en el siguiente enlace: https://cutt.ly/egr49sr

En la presentación, como promotor del acto, contaremos con las palabras y la participación de D. Raúl Tinajero Ramírez, Director de la Subcomisión de infancia y juventud de la CEE.

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Día Universal de los Derechos del Niño

El 20 de noviembre celebramos el Día Universal de los Derechos del Niño.



 

 

Todavía queda mucho por hacer... Los niños y las niñas de muchos lugares del mundo continúan sufriendo los efectos de la pobreza, la violencia, la explotación, el abandono… También en nuestro alrededor.

Jesús siempre estuvo al lado de los más pequeños y los más necesitados. Por eso es importante que también nosotros estemos atentos para ver cómo podemos ayudar a otros niños.

Y por supuesto, contamos con la oración. Pidamos a Jesús que entre todos hagamos posible que se cumplan los Derechos de los Niños en todas las partes del mundo.

 

"Jesús, hijo de Dios,
que fuiste un niño
amado y cuidado,
mira a los más pequeños,
especialmente
a los que sufren.
Que entre todos
seamos capaces
de abrir caminos
para cuidar, proteger
y acompañar
a todos los niños
y las niñas del mundo."

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Aprendiendo a amar sin límites

Beatificación de Joan Roig Diggle, 7 de noviembre de 2020 en la Basílica de la Sagrada Familia.



 

 
 

 

Siempre que he escuchado la frase “todos estamos llamados a la santidad” me veo a mi misma mirando hacia otro lado. Como cuando estás en una reunión, y se están dividiendo tareas, y han de asignar esa que a ti se te hace cuesta arriba y piensas “por favor, esa a mí no”. Debe ser por ese motivo, que la figura de Joan Roig Diggle, despertó mi curiosidad desde el principio.

Son muchos los artículos que se han escrito sobre él en los últimos meses, así que no reproduciré toda su vida, pero sí que destacaré algunos aspectos que creo pueden ayudar a hacerse una idea de cómo era y cómo vivió este joven barcelonés nacido en los años 10, del siglo XX.

Joan es un buen chaval, un alumno ejemplar, de trato afable con todos sus compañeros. Proveniente de una familia acomodada que, por circunstancias de la vida, sufre un duro golpe cuando llegan los problemas económicos a la empresa del padre. Esta situación les lleva a tener que trasladarse de Barcelona al Masnou y Joan se ve obligado a dejar la escuela, para trabajar y ayudar económicamente a su familia. En ese momento, el joven se incorpora como dependiente en una empresa de ropa, en el barrio del Poble Sec de Barcelona, y continúa su formación, estudiando por las noches.

Su llegada al Masnou le abre nuevas puertas y se integra a la Federació de Joves Cristians de Catalunya, donde empieza a acompañar grupos de niños y de jóvenes. Todo y que la situación social se complica, la fe de Joan y su deseo de evangelizar no dejan de crecer. Va a misa cada día y se preocupa por la mejora de las condiciones de vida de las personas más vulnerables. Es por eso que dedica mucho tiempo a formarse y a conocer la doctrina social de la Iglesia para difundirla, convencido de que es el único camino válido para acabar con la desigualdad social y promover la dignidad de todas las personas.

En julio de 1936 estalla la guerra y se acentúa un anticlericalismo exacerbado que lleva a la quema generalizada de iglesias y a la persecución y asesinato de religiosos y religiosas, de sacerdotes y de laicos y laicas. Ese mismo odio y rabia que después veríamos repetido en el 39, por los vencederos de la guerra. El mismo sin sentido, disfrazado de ideales, y vacío de razones.

También arde su amada parroquia, la Iglesia de Sant Pere, pero todo y la complicada situación política, Joan decide no esconderse y se arriesga en repetidas ocasiones recibiendo la eucaristía a escondidas y llevando la comunión a algunas personas del Masnou.

El 11 de septiembre de 1936 va a ver a su director espiritual, Mn. Pere Llumà, que debido a las excepcionales circunstancias, decide confiarle la eucaristía. Esa misma noche, miembros de las juventudes libertarias de Badalona, van a buscarle a su casa. Antes de abrir la puerta, decide comulgar. Y cuando ya se lo llevan, se dirige a su madre, para despedirse, con un “Dios está conmigo”.

Lo condujeron hacia el cementerio de Santa Coloma de Gramenet para ejecutarlo. Su único delito, su amor a Dios. Ese mismo Dios al que se encomendó segundos antes de morir y al que pidió piedad por sus captores. “Que Dios os perdone, como yo os perdono” les dijo, antes de que le disparasen cinco tiros en el corazón y uno en la cabeza. Tenía 19 años.

Después de leer muchos artículos y escritos sobre Joan no puedo evitar compararme con él. Mi manera de vivir la fe, probablemente diste mucho de su vivencia espiritual y me cuesta verme reconocida, pero no puedo negar que me fascina la valentía y la serenidad con la que afrontó su final. Esta actitud que conmovió hasta a sus asesinos, que, tiempo después, reconocieron cómo les marcó la actitud de este joven de parroquia en la hora de su muerte. ¿Hubiese sido yo capaz de perdonar a mis asesinos? ¿De convertir mi rabia, odio y dolor en amor hacia ellos? ¿De dar testimonio de Jesús hasta momentos antes de mi muerte?.

Y eso es lo que hace especial a Joan, lo que le llevó hasta la santidad. ¿Será que yo no he entendido nada aún? Que lo que me pide Dios no es más que amar sin medida a todas las personas, a aquella persona que piensa diferente, que vota diferente, a la que no reza o a la que le reza a otro Dios, a la que es injusta y egoísta, a la que me ignora o no me respeta, a la que alguna vez me ha hecho daño. Repito, a todas las personas. Incluso a aquellas que puedan desear mi muerte. Por eso creo que Joan me ha enseñado que la santidad va de eso, de amar sin límites.

Y entre todas estas preguntas y reflexiones que me invaden, resuena en mi cabeza el Evangelio de Lucas “Pero antes de eso os echarán mano y os perseguirán: os llevarán a juicio en las sinagogas, os meterán en la cárcel y os conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendréis oportunidad de dar testimonio de mí.” (Lc, 21, 12-13).

Si Dios quiere, en julio tendremos la oportunidad de acoger, en Barcelona, el encuentro del laicado de parroquias y la asamblea de la Acción Católica General. Un encuentro que lleva por título “Anunciar a Jesucristo con obras y palabras”. Que sepamos encontrar en testimonios de vida, como el de Joan Roig, una inspiración para anunciar a Jesucristo cada día.

Silvia Urbina



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