Silvia Martínez Cano




 

1.- Por favor preséntese, ¿quién es?, ¿de dónde viene?
Soy Silvia, soy laica marista, madre de 4 hijos y artista plástica. Vengo de Madrid, donde doy clase en la universidad de Arte y de Teología.

2.-¿Pertenece a Acción Católica o forma parte de alguna asociación eclesial?
Pertenezco al Movimiento Champagnat de la Familia Marista (MCFM), somos laicos y laicas con carisma marista, viviendo un bonito proceso de misión y vida compartida con los HH. Maristas.

3.- ¿Ha tenido la oportunidad de profundizar en el material ‘Laicos de parroquia caminando juntos’? ¿Qué le ha parecido?
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4.- Nos hemos propuesto caminar con los laicos de parroquia para generar una cultura vocacional que nos lleve a ser discípulos misioneros, ¿dónde cree que deberíamos poner mayor fuerza y hacia dónde considera que podríamos avanzar?
Creo que es fundamental generar un clima de acogida en las parroquias para que la gente que se acerca sienta que merece la pena participar. Para ello, es necesario revisar las relaciones, la organización y generar un proceso de transformación de la vida parroquial donde participen todos y todas.

5.- Nos planteamos dos retos fundamentales para nuestro encuentro con la sociedad de hoy: El diálogo con la increencia y el desarrollo de una ética común, ¿cuál piensa que es el papel de las parroquias en estos dos retos?
Recuperar la idea de Iglesia Comunión a través de la generación de una verdadera comunidad de iguales. Pasar de lo sacramental a lo comunitario y de lo normativo a lo experiencial.Dar ejemplo de coherencia con el proyecto de Jesús. Ser casas abiertas al barrio, pueblo o ciudad.  

6.- ¿Cómo cree que podemos conseguir una implicación coherente de los cristianos en el mundo del trabajo, la familia, la política, la cultura?
Hoy, nuestro gran reto es ser signo contracultural, como lo fueron otros cristianos en otras épocas.

  • En el trabajo, desde una ética del cuidado, siendo la justicia y la misericordia dos criterios fundamentales en las decisiones empresariales.
  • En la familia, demostrando que se puede amar siendo libres, construyendo comunidades familiares donde el cuidado y la justicia se convierten en práctica cotidiana.
  • En la política, pero no solo, también en los movimientos sociales, donde se está cociendo una nueva forma de ser sociedad. La justicia y la misericordia son valores fundamentales por los que se puede seguir luchando y mostrando socialmente. Los cristianos y cristianas pueden proponer unos modelos sociales que respeten y potencien el crecimiento de las personas en las sociedades.
  • En la cultura, como un contrapunto de la comercialización y el consumo de la vida en general. Apoyar los lugares, colectivos y espacios sociales que promueven otro tipo de cultura, donde la persona sea el centro y no el consumo.

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